Adiós a un 'viejo rockero' del fútbol español

Miguel de las Cuevas anuncia su retiro del fútbol profesional después de 20 años. Han sido muchos los elogios que ha recibido por una carrera que abarcó casi dos décadas. El mediocampista alicantino, de 38 años, llevaba varios meses sin equipo y ha oficializado su despedida mediante una emotiva carta publicada por la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), en la que expresa su agradecimiento a cada club en el que jugó.

Sus primeros pasos en su tierra

De las Cuevas comenzó su formación en el Agustinos de Alicante, una institución reconocida a nivel nacional. Su talento no pasó desapercibido y, con tan solo 16 años, debutó con el primer equipo del Hércules en un derbi provincial contra el Novelda en Segunda B, durante la última jornada de la temporada 2002-03.

Al año siguiente, tuvo algunas oportunidades más en el Hércules, pero fue en la temporada 2004-05 cuando realmente se consolidó. Disputó 32 encuentros y anotó tres goles fundamentales en el ascenso del club a Segunda División. Antes de convertirse en profesional, probó suerte en las canteras del Valencia y el Barcelona. Posteriormente, defendió los colores del Hércules B, Hércules, Atlético de Madrid, Sporting de Gijón, Osasuna, Spezia, Osasuna de nuevo, Córdoba y finalmente Orihuela, su último equipo.

Paso por la élite y momentos inolvidables

Su progresión le abrió las puertas del Atlético de Madrid, que pagó cerca de 500.000 euros por su fichaje. Sin embargo, no logró consolidarse en el equipo rojiblanco, participando en solo 24 partidos en tres temporadas. En busca de minutos, fue cedido al Sporting de Gijón, donde vivió una de sus mejores etapas bajo la dirección de Manolo Preciado. Entre sus recuerdos más destacados se encuentra un gol en el Santiago Bernabéu que significó una victoria histórica para los asturianos.

Tras cuatro temporadas en El Molinón, incluyendo un descenso a Segunda, su camino continuó en el norte de España. En 2013, Osasuna apostó por él, primero en calidad de cedido y luego con un traspaso obligatorio valorado en 1,2 millones de euros. Durante su paso por Pamplona, en 2015, probó suerte en el fútbol italiano con la Spezia, pero una lesión de rodilla le obligó a regresar, contribuyendo al ascenso de Osasuna en 2016 y viviendo un nuevo descenso en la temporada siguiente.

Finalizado su ciclo en Osasuna, se incorporó al Córdoba, donde coincidió con García Amado en la dirección deportiva. En un equipo afectado por restricciones económicas, se convirtió en una de las mejores noticias de la temporada 2018-19, a pesar del descenso a Segunda B. Su conexión con la ciudad fue tal que decidió continuar incluso cuando el club cayó a Segunda Federación.

Puso punto final a su etapa con el Córdoba con un gol ante el Badajoz en la última jornada de la campaña 2022-23 en Primera Federación. Su último destino fue Orihuela, el equipo del pueblo de su madre, donde jugó en Segunda Federación y firmó sus dos últimos goles en su despedida ante el San Roque de Lepe.