El sacrificio de Arambarri por salvar al Getafe

El uruguayo ha decidido que no se operará hasta que termine LaLiga y jugará infiltrado ante Osasuna y frente al Valladolid para intentar conseguir la permanencia

El sacrificio de Arambarri por salvar al Getafe
Arambarri, durante el partido con el Valladolid. - UES
Alberto GálvezAlberto Gálvez 4 min lectura

Compromiso y sacrificio son los elementos que sumados en un futbolista dan lugar a la conversión de un futbolista cualquiera a ídolo. Y en esto es precisamente en lo que se ha convertido Mauro Arambarri desde que llegara en la 2017-18 al Getafe. Es, pese a sus lesiones, pieza clave en el juego azulón y el último gesto que ha tenido el centrocampista le encumbrará para siempre en el Coliseum Alfonso Pérez.

El uruguayo, quien se retiró entre lágrimas lesionado en el minuto 35 ante el Elche, ha decidido jugar infiltrado las dos últimas jornadas de Liga, contra Osasuna y frente al Valladolid para intentar conseguir la permanencia en Primera División. Al menos, para jugar ante los de Pamplona lo hará. Y ya en función de cómo progrese y de las necesidades que tenga el equipo, hará lo mismo contra los pucelanos o no.

Y es que su papel en el campo es muy decisivo. Lo era con Quique y ahora con Bordalás. Ante el Elche, cuando se marchó lesionado, el equipo ganaba 1-0 y su salida del campo coincidió con el bajón que sufrieron los madrileños, que acabaron cediendo un empate ante el colista.

Así las cosas, Arambarri será operado del tobillo derecho al finalizar la temporada y esta será la tercera operación que Arambarri reciba en dicha zona, de ahí su llanto ante el Elche.

La lesión de Enes Ünal

No está teniendo suerte el Getafe con las lesiones en esta recta final de temporada. Ante el Betis, fue su delantero Enes Ünal quien dijo adiós a estas dos últimas jornadas y quien también se marchó llorando del Benito Villamarín sabiendo lo que se le venía encima.

Tras realizarle las oportunas pruebas médicas, el club azulón confirmó ayer que se ha roto el ligamento cruzado de la rodilla derecha tras el giro sufrido en el partido ante los béticos, por lo que tendrá que pasar también por el quirófano. El periodo de baja podría estar en torno a los nueve meses, por lo que seguramente hasta 2024 no volverá a los terrenos de juego.

El delantero turco tuvo que utilizar sus redes sociales para desahogarse en un momento tan duro como este: "Hola a todos, tengo malas noticias para ustedes. Tengo mi cruzado roto. La vida se mueve de maneras misteriosas. Mientras luchábamos por un gran objetivo y sentía que estaba dando grandes pasos en mi carrera, no puedo mentir. Ha sido un gran golpe para mí".

Desde casa, el delantero azulón tiene claro que seguirá enviando su energía: "Me quedan 2 cosas por hacer ahora. Apoyar a mis compañeros hasta el final, no tengo ninguna duda de que nos salvaremos. La segunda será prepararme para la operación y seguir adelante día a día. Siento muy positivo y me siento que este es otro desafío en mi camino. Lamentar no es opción para mi y voy a seguir siendo positivo disfrutando de mi vida y este parte de mi profesion. Gracias a todos por mensajes y saludos".

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