Girona rompe su mala racha… pero Míchel lanza una advertencia interna
El equipo de Míchel respira tras su primera victoria en Liga y aprovecha el parón para recuperar confianza y efectivos

El Girona ha encontrado, por fin, un respiro en una temporada que se había vuelto cuesta arriba. Después de siete jornadas sin conocer la victoria, el conjunto dirigido por Míchel cierra el tramo previo al parón de selecciones con una sensación completamente distinta. El triunfo frente al Valencia en Montilivi ha supuesto una inyección de moral que devuelve la esperanza tanto al vestuario como a la afición. Girona necesitaba esta alegría, no solo por los tres puntos, sino por el alivio emocional que representa tras semanas de tensión acumulada.
Durante las últimas jornadas, el Girona había vivido un escenario complejo. Las lesiones, las expulsiones y un calendario exigente habían golpeado con fuerza la estabilidad del equipo. Míchel, que ha mantenido la calma a pesar de la presión, puede ahora aprovechar este parón para reenfocar el trabajo y reforzar la confianza del grupo. El técnico ha insistido en la importancia de mantener las sensaciones positivas de los últimos encuentros y de consolidar los avances tácticos que empiezan a notarse sobre el terreno de juego.
La victoria ante el Valencia permite al Girona afrontar los próximos días con otro espíritu. En Montilivi se respira alivio, y los jugadores, liberados de la carga de no haber ganado, podrán encarar el futuro inmediato con una mentalidad renovada. Este triunfo no solo cambia la clasificación, también cambia el ánimo. El Girona necesitaba cortar la dinámica negativa que arrastraba desde el inicio del campeonato, y lo ha hecho en el momento justo, antes de una pausa que se presenta como una oportunidad para recomponer fuerzas.
Míchel valora el parón como una oportunidad para crecer
Para Míchel y su cuerpo técnico, el descanso competitivo llega en el momento más oportuno. Después de semanas de urgencias, podrán trabajar sin la presión constante del resultado, ajustar detalles y reforzar los aspectos que han funcionado bien en los últimos partidos. Girona afronta este parón con la mirada puesta en mejorar, en recuperar a los lesionados y en seguir construyendo un equipo sólido y competitivo.
La plantilla también agradece el tiempo para recuperar energías y recuperar efectivos clave. Las próximas semanas serán esenciales para que varios jugadores sigan avanzando en sus procesos de recuperación. En el vestuario, la sensación es unánime: el Girona ha encontrado el punto de inflexión que necesitaba. Este descanso no se vive como un final, sino como el comienzo de una nueva etapa en la que el equipo de Míchel quiere volver a mostrarse competitivo, confiado y ambicioso.
Con el impulso de su primera victoria, el Girona encara el futuro inmediato con esperanza. Montilivi vuelve a sonreír, y Míchel, al frente del proyecto, tiene claro que el reto ahora es consolidar las buenas sensaciones y transformar este alivio en continuidad. El Girona ha recuperado el aliento justo a tiempo para empezar de nuevo.