Fabián Ruiz vuelve a ser clave en la victoria del PSG siendo el motor en el centro del campo de Luis Enrique
Fabián Ruiz volvió a encender otra vez el motor del PSG, demostrando que su influencia es decisiva en el equipo

La ausencia del palaciego en el once causó sorpresa, lo que en la segunda parte hubo un ajuste clave que inclinó la balanza a favor del Paris Saint-Germain en el momento más crítico. Ese movimiento tuvo como protagonista a Fabián Ruiz, un futbolista que durante mucho tiempo pasó desapercibido, pero que hoy se ha convertido en una pieza esencial para Luis Enrique.

El mediocampista andaluz ha ganado un lugar privilegiado en el once parisino. El entrenador asturiano suele mencionarlo entre los primeros nombres cuando planifica sus partidos. Ahora, el gran desafío para Fabián en esta temporada será mantener el nivel que lo ha hecho insustituible.
Un talento silencioso, pero determinante
Hay jugadores que deslumbran por su técnica, como Vitinha, y otros que lo hacen por su talento natural, como João Neves. Sin embargo, Fabián Ruiz pertenece a una categoría distinta: la del futbolista que trabaja en silencio, pero que deja huella en cada intervención. Desde hace más de un año, su aporte es constante, aunque los reflectores se dirijan a otros.
Con la campaña 2025/26 en marcha, el mediocampista de 29 años aspira a repetir o incluso superar el curso anterior, en el que logró sus mejores cifras como profesional: 8 goles y 11 asistencias. No obstante, más allá de los números, su verdadero valor está en su influencia sobre el juego colectivo.
El equilibrio del PSG
Bajo la dirección de Luis Enrique, Fabián se ha transformado en un centrocampista total, capaz de generar peligro en ataque y, al mismo tiempo, ofrecer solidez defensiva. Su presencia resulta tan importante como la de figuras como Dembélé, Hakimi o el propio Vitinha.
En la final, su ingreso en el minuto 60 fue el punto de inflexión. Hasta entonces, el PSG sufría para encontrar el control en el mediocampo. Con Vitinha y Zaire-Emery formando la base detrás de Doué, Barcola, Kvaratskhelia y Dembélé, el equipo carecía del equilibrio necesario. Fabián entró por Kvaratskhelia y, lo que parecía un cambio defensivo, se convirtió en el motor que impulsó al PSG hacia el empate.

De la duda al acierto
En un primer momento, el cambio pudo interpretarse como un signo de resignación por parte de Luis Enrique, más aún tras la ausencia por sanción de João Neves. Sin embargo, la realidad demostró lo contrario: la entrada de Fabián devolvió el orden y la confianza al equipo. El técnico, que tal vez erró en su planteamiento inicial, supo corregir a tiempo. Y como dice el refrán, rectificar es de sabios.
En definitiva, la final quedará marcada por la capacidad de un jugador infravalorado pero esencial para alterar el rumbo de un partido decisivo. Fabián Ruiz no solo cambió el destino del PSG en ese encuentro, sino que reafirmó su condición de líder silencioso en el centro del campo.