La llegada de Dembélé, respaldada

El París Saint-Germain está a solo 90 minutos de alcanzar uno de los mayores hitos de su historia: ganar su primera Liga de Campeones. Este sábado, los de Luis Enrique se medirán ante el Inter de Milán en una final que podría marcar un antes y un después en el proyecto parisino.

Después de caer el año pasado en semifinales ante el Borussia Dortmund, el técnico asturiano ha logrado consolidar un grupo más competitivo y con una identidad clara. En su segundo año al mando, el PSG ha dado un salto de calidad y mentalidad que lo tiene al borde de levantar la ansiada "Orejona".

El efecto Luis Enrique

Mucho del crédito de este éxito recae en Luis Enrique, quien llegó a la capital francesa con una idea táctica muy definida. El propio Ousmane Dembélé lo reconoció en una entrevista reciente con el canal oficial del club: “El míster ha cambiado muchas cosas, sobre todo nuestra mentalidad. Hoy todos tenemos hambre de títulos y competimos al máximo”, afirmó el delantero.

La transformación del equipo ha sido visible en todos los frentes, pero especialmente en el rendimiento ofensivo. El cambio de esquema ha beneficiado a varios jugadores, entre ellos al propio Dembélé, quien ahora juega más centrado, casi como un falso nueve. Esa modificación ha resultado clave en su explosión goleadora esta temporada.

Dembélé, en su mejor versión

El delantero francés ha firmado una de las mejores campañas de su carrera. Con 33 goles en 48 partidos, Dembélé no solo ha sido crucial para el PSG, sino que su nombre empieza a sonar con fuerza en la lista de candidatos al Balón de Oro.

“Ahora recibo de frente a portería, tengo más ocasiones de marcar y el equipo me ayuda mucho. Jugar una final de Champions era mi sueño desde niño”, declaró emocionado.

El exjugador del Barcelona ha sido uno de los grandes beneficiados del estilo proactivo que promueve Luis Enrique. Su movilidad y capacidad de asociación han hecho del ataque parisino uno de los más peligrosos de Europa.

Superando cada obstáculo

Por su parte, Luis Enrique también destacó el carácter de sus jugadores durante todo el torneo. El entrenador subrayó la dificultad del camino recorrido, con rivales de alto nivel desde la fase de grupos. “Hemos afrontado un calendario muy exigente y el equipo ha crecido partido a partido. Hemos llegado incluso a superar nuestras propias expectativas”, comentó.

La final de este sábado representa no solo una oportunidad histórica para el club, sino también una reivindicación del proyecto liderado por el técnico español. Si logran imponerse al Inter, el PSG podrá, por fin, romper con su maldición europea.