Francisco Salas5 min lectura
Cádiz
Finalizado2 - 2Celta
La final por el descenso no ha defraudado. 100 minutos de batalla por todos y cada uno de los balones que han acabado en unas tablas que no satisfacen a nadie. La intensidad cadista contra el oportunismo vigués y la aparición estelar de Darwin Machís para lograr -con una genialidad- el gol del empate cuando el tiempo ya estaba cumplido. Un día de puro fútbol y que deja más apretada que nunca la lucha por el descenso, en la que los dos protagonistas de hoy van a ser actores cruciales en las doce jornadas que quedan por delante.
La iniciativa cadista de regalar una entrada a cada abonado salió a las mil maravillas, tanto que el Nuevo Mirandilla presentaba una imagen inmejorable que desde el primer minuto espoleó a los suyos, que se plantaron en el partido con ganas de dominar, y vaya si lo hicieron. Los primeros minutos fueron un asedio, que casi no permitió al Celta tener el balón, pero faltó la puntería. Maxi Gómez no estuvo fino y desaprovechó la que tuvo. En cambio, cuando se sobrepasaban los diez minutos de encuentro, el Celta tuvo una, cuando una jugada en la banda izquierda acabó con Luca de la Torre legando al lateral del área y poniendo un pase raso que dejó pasar Larsen con mucha clase, para que llegando desde atrás Iago Aspas la mandara a guardar, haciendo el primero.
Tras el tanto el partido se relajó. El Celta se soltó, pero dejó a los de Pellegrino el control del balón, que pese a ello no encontraron la forma de inquietar la muy bien orquestada defensa celeste, más allá de mediante múltiples acciones de balón parado que Vicente Guaita repelía sin muchos apuros, más allá de un tiro de falta directa de Alcaraz que le obligó a hacer una gran parada. De hecho, las ocasiones más claras llegaron en contras gallegas, pero sin mucho peligro tampoco, dejando el cero a uno campeando en el marcador al final de los primeros cuarenta y cinco.
Como si de un 'deja vú' se tratara, la segunda mitad arrancó igual que la primera, con el Cádiz mandando en el juego, pero sin generar peligro más allá de algún golpeo lejano, hasta que el Celta empezó con los cambios a los diez minutos, en un movimiento que sería crucial, ya que a los dos minutos de entrar, el joven Williot Swedberg hizo el segundo, hundiendo aún más a los andaluces.
Con dos goles de desventaja, Mauricio Pellegrino agitó el árbol, algo que a la larga sería vital, ya que con la entrada de Sergi Guardiola, Chris Ramos y Kouamé, recuperaron el control y la verticalidad, tanto que con un centro del 19, Juanmi se encontró solo delante de Guaita y recortó distancias. Quedaban por delante poco más de viente minutos del tiempo reglamentario para obrar un 'milagro' en el que nadie confiaba, tanto que los aficionados ya empezaban a marcharse.
Los últimos minutos fueron un asedio amarillo, con un ir de venir de centros al área de Guaita, que creció cuando Darwin Machís entro al campo. Pero el colofón llegó en los ocho minutos de añadido, cuando en el último, Sergi Guardiola falló sólo delante de Guaita, que mandó el balón a córner con un paradón y tras el saque de esquina, Darwin Machís se inventó un golpeo que solo vio él y con muy poco ángulo puso el balón en la escuadra, salvando un punto que permite a los suyos seguir soñando con la salvación.
Ahora quedan por delante doce jornadas, y los de Rafa Benítez mantienen tres puntos de ventaja sobre los de la 'Tacita de Plata', y recibirán en Balaídos la próxima semana al Almería, que sigue sin ganar, pero llegará crecido tras rascar un empate ante el Atlético de Madrid. Por su parte, los de Pellegrino visitarán Vallecas el sábado.