Juanma Castaño sobre la estrategia del Real Madrid: "hay una persona que puede hacer eso, que es Florentino. Cuando alguien con un mínimo peso en ese club…"
La reacción del vestuario blanco tras el triunfo ante el Olympiacos ha desembocado en una cascada de mensajes públicos y gestos de unidad. Analistas y periodistas debaten si se trata de un movimiento espontáneo o de una estrategia impulsada desde la cúpula del club

El Real Madrid ha pasado en apenas unas horas de convivir con la tensión acumulada por los malos resultados a proyectar una imagen de cohesión total. La victoria en Atenas ha servido de punto de inflexión para un vestuario que, durante la última semana, había sido cuestionado por su rendimiento y por las sensaciones transmitidas en el campo. Con el pitido final del partido ante el Olympiacos llegaron los primeros gestos: abrazos, mensajes y una postura que buscaba dejar atrás el ruido generado en torno al equipo.
El movimiento lo encabezó Fede Valverde, uno de los futbolistas cuya figura se había visto expuesta durante la racha de dudas. El uruguayo publicó un mensaje en el que afirmaba: "Después de una semana en la que se dijeron muchas cosas, nosotros estamos más unidos que nunca", añadiendo que "el míster siempre ha estado a mi lado". Sus palabras recibieron respuesta inmediata de Vinicius Jr., quien acompañó la publicación con un escueto "juntos siempre", reforzando la idea de que la plantilla buscaba transmitir un mensaje coordinado. La imagen del abrazo entre el brasileño y Xabi Alonso al final del encuentro completó la escena de unidad.
A partir de allí, las reacciones se multiplicaron en redes sociales, generando la sensación de una dinámica distinta a la vivida en días previos. La goleada en contra del Liverpool, el empate ante el Elche y la acumulación de bajas habían dejado un ambiente de incertidumbre, y el triunfo en Grecia abrió un resquicio para reconstruir el ánimo del grupo.

Una secuencia de mensajes en el Madrid bajo sospecha
Durante la emisión de El Partidazo de COPE, algunos analistas interpretaron esta oleada de mensajes como una estrategia impulsada desde las esferas superiores del club. Nacho Peña calificó la reacción como una "reacción en cascada de arriba a abajo", iniciada, según su análisis, por una llamada de Florentino Pérez a Xabi Alonso que posteriormente se hizo pública. Para Peña, "no es casual, que forma parte de una estrategia, pero que es un punto positivo porque cambia la tendencia". Bajo esta lectura, la sucesión de publicaciones no sería un fenómeno espontáneo, sino una dirección marcada para revertir la dinámica emocional del equipo.
Sin embargo, no todos comparten esa visión. Dani Senabre expresó dudas sobre la autenticidad del movimiento, señalando que "un vestuario que realmente está unido y está tranquilo, no hace 14 mensajes seguidos diciendo que está unido". En esta línea crítica, David Sánchez llegó a plantear la idea de un abrazo "guionizado", interpretando la gestualidad como una construcción más que como una reacción natural. Las distintas voces reflejan la complejidad del momento del Real Madrid, que atraviesa un proceso de reconstrucción anímica tras los últimos resultados.

Más allá de las interpretaciones, lo cierto es que el cambio de tono mediático ha sido evidente. La narrativa de fragilidad, alimentada por tres partidos consecutivos sin victoria, ha dejado paso a un discurso centrado en la cohesión interna y en el respaldo al cuerpo técnico.
Un pacto interno en el Madrid para frenar el desgaste
Melchor Ruiz aportó una visión desde dentro del club, confirmando que en los días previos al partido en Grecia se produjeron conversaciones tanto entre los jugadores como entre el entrenador y la plantilla. Según explicó, estas reuniones tenían un objetivo claro: blindarse del exterior ante un clima de crítica creciente. Ruiz afirmó que la plantilla consideró que la intensidad del ruido externo estaba empezando a "hacer daño al equipo", y que la conclusión fue priorizar el colectivo por encima de cualquier discrepancia individual.
En ese contexto, se produjo un pacto interno para "blindarse" y mantener una dirección común. La secuencia de mensajes y gestos públicos que se vio tras el partido en Atenas respondería, según esta versión, a la decisión del grupo de mostrar un frente unido. La presencia de voces de peso como Mbappé reforzó esa idea, consolidando la percepción de que el vestuario quiso proyectar una imagen conjunta en un momento clave.

Las reuniones, en consecuencia, fueron interpretadas como un ejercicio de autocrítica y cohesión en un escenario que preocupaba al cuerpo técnico. Mantener la serenidad, aislarse del entorno y recuperar el control emocional del vestuario se convirtió en una prioridad inmediata.
La influencia de Florentino Pérez en el cambio de ánimo
La reflexión final del debate llegó de la mano de Juanma Castaño, quien puso el foco en la estructura de poder dentro del club. En una entidad presidencialista, sostuvo, los movimientos de este tipo solo podían ser impulsados desde la cúpula. Para el director del programa, "hay una persona que puede hacer eso, que es Florentino. Cuando alguien con un mínimo peso en ese club... yo solo veo así a Florentino y José Ángel Sánchez". Su análisis apuntaba a la capacidad de influencia que ambos dirigentes ejercen sobre la dinámica institucional y deportiva del Real Madrid.

Castaño subrayó que, más allá del contenido emocional, el mandato final es claro: priorizar el rendimiento y la victoria por encima de cualquier ruido externo o personal. La intervención de la cúpula, según su razonamiento, sería el detonante que ha provocado la reacción visible del vestuario. La lectura encaja con la secuencia de acontecimientos descrita por otros analistas y explica el cambio de tono que ha rodeado al equipo en las últimas horas.
El reto, sin embargo, se mantiene. Como coincidieron los tertulianos, esta declaración de intenciones deberá trasladarse ahora al terreno de juego. Los próximos encuentros, con la visita a Montilivi en el horizonte inmediato, serán los encargados de determinar si el cierre de filas se traduce en resultados o si, por el contrario, la unidad pública es solo un alto el fuego temporal en un equipo sometido a exigencia permanente.