La depresión que convirtió a Almeyda en psicólogo de vestuarios: “Si le pasó a Maradona le puede pasar a cualquiera”

El técnico argentino trasladó su experiencia personal en la previa del duelo ante el Elche: “Yo jugué hasta los 30 años. Me retiré porque no tenía más ganas y me fui a trabajar al campo con las vacas. Tuve depresión”

Matías Almeyda pasó cinco años en un laberinto psicológico que le envió de la cima del fútbol al ostracismo. Instalado en la élite del balompié, su carrera sufrió un volantazo tras atravesar por un proceso depresivo que cambió su vida por completo. El aprendizaje de esa enrevesada etapa de su vida le hizo regresar más fuerte al fútbol y es esta experiencia la que a día de hoy le permite llevar el timón de un barco transatlántico como el Sevilla FC en horas bajas. Su misión será revocar una situación marcada por el plano psicológico de un vestuario mermado por los resultados deportivos de la pasada temporada. Adueñándose de forma elegante del discurso de alegría que la afición achaca a la planta noble por el mensaje transmitido en el cierre de mercado de fichajes, el ‘Pelado’ transmitió en la rueda de prensa previa al duelo ante el Elche su experiencia propia personal.

Todo comenzó a raíz de la cuestión dirigida sobre el momento por el que atraviesa Alexis Sánchez, quien a sus 37 años asume el reto de volver a LaLiga. Aquí hizo ver que “los análisis son apresurados”. Fue aquí donde relató su propia experiencia: ”Yo jugué hasta los 30 años. Me retiré porque no tenía más ganas y me fui a trabajar al campo con las vacas. Tuve depresión. Regresé a los 35 a jugar en River y esa fue mi mejor etapa de futbolista. Veía cosas que antes no veía, resolvía cosas que antes no resolvía”.

Cuestionado por la expresión de Antonio Cordón donde resaltó que su objetivo para la temporada es “ser alegres”, Almeyda redirigió su discurso hacia la importancia emocional que representa el estado de ánimo en el fútbol: “Depende de donde lo llevemos. Yo te preguntaría a ti. Tengo hijas y quiero que sean felices. Mi madre va a cumplir 80 años y quiero que sea feliz. Vivimos en un mundo donde no toda la gente es feliz. Yo le hablo al grupo de felicidad. La deportiva te la dan los triunfos. Eso te permite que haya paz. Depende de cómo miremos. Todos queremos ser felices en la vida. Hay una verdad, mientras uno es feliz uno va a rendir más. Creo mucho en este tipo de energía. Este tipo de felicidad. Nosotros queremos ser felices y que la gente sea feliz. Tenemos que convencerlos”.

Incidiendo en su experiencia personal, el aprendizaje que obtuvo y cómo lo traslada al vestuario del Sevilla, el argentino fue sincero: ”Tengo muchas experiencias. Sufrí mucho durante cinco años. Tenía dos años más de contrato en ese momento. No vendo humo. Creo que en ese momento, todos los futbolistas lo van a vivir. Por eso me hice entrenador. Es una parte fea, oscura. Priorizo que amen el fútbol y que lo amen hasta donde puedan. Te llaman cada tanto para hacerte un reportaje, la cantidad de amigos desaparece. Todos son amigos del campeón. Fui amigo de Maradona, al mejor le pasó lo mismo. Si le pasó a él le puede pasar a cualquiera”.

Uno de los problemas que detectó Matías en este vestuario fue la presión a la que fue sometida la plantilla: ”Presión es otra cosa. Presión es poder tenerlo todo y no tener nada. Presión es estar tirado como un perro y que nadie entienda. Desde que soy entrenador me he convertido en casi psicólogo. Detecto al que tiene una cara extraña porque no lo pongo y voy a confrontar con ellos de una manera leal”.En este sentido, la última cuestión tuvo referencia con la gestión de la presión con un jugador que se destapó ante el Girona. Se trata de Isaac Romero, quien volvió a ver puerta después de cuatro meses: “Virtud de Isaac en trabajar, en querer mejorar, en escuchar. Sufrió una lesión de tres semanas y se recuperó rápido. Con nosotros va a hacer goles porque tiene ganas. Hay que sacarle lo mejor. Creo que lo hizo muy bien. A poco van consiguiendo goles se van tranquilizando. Muchas veces quieren romper la portería. Creo que está en buen camino y el último partido convirtió”.