Sevilla - Manchester United: Las caras Juan, las caras

La pandemia se llevó por delante la celebración de 2020 y el disfrutar de ambientes como el de anoche en Nervión, por eso parecía que era la primera vez, y lo fue, la primera desde que llegó la normalidad de nuevo a nuestras vidas

Fernando RuizFernando Ruiz
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Sevilla - Manchester United: Las caras Juan, las caras
Las caras Juan, las caras - UES

No hay nada como levantarse una mañana sabiendo que el Sevilla Fútbol Club, el equipo de esos 45.000 aficionados que abarrotaron el Ramón Sánchez-Pizjuán y otros tantos miles que lo siguieron en bares o en sus casas, va a volver a jugar una semifinal de la Europa League. Después de una temporada para olvidar, esta puede tornarse en mayo en una temporada para el recuerdo. Las cosas del fútbol.

Tres entrenadores, fichajes malos, remiendos en enero y una batalla accionarial que no cesa, pero nada eso puede con el poder de atracción que tienen el escudo del Sevilla y la copa de la Europa League. Muchos daban por sentenciado al Sevilla antes del partido de ida, e incluso al descanso de Old Trafford, y con razón... Pero los ingleses del Manchester United cometieron un error, el verse ya clasificados en semifinales con ese 2-0, y al Rey de la Europa League, o lo rematas o te mata.

Y eso fue lo que pasó anoche en Nervión. Un Nervión que ansiaba una gran noche de fútbol, que soñaba con volver a vivir esa magia con la Europa League que se vivió hace ya casi 17 años ante el Schalke 04, un año después frente a Osasuna y otras más recientes como ante el Shakhtar Donetsk. Lo ansiaba porque la pandemia que comenzó en marzo de 2020 le privó de vivir una fase final en Nervión. Tuvieron que vivirla encerrados en sus casas en el mejor de los casos, otros en hospitales, rodeados de mascarillas y EPIs. Viendo como su equipo se llevaba por delante a la Roma, remontaba al Manchester United y tocaba otra vez plata en un estadio vacío, a más de 2.000 kilómetros de la capital hispalense y sin poder salir a las calles de Sevilla lo que tan merecidamente habían ganado sobre el césped.

No pudieron salir días después a festejar con sus jugadores, no pudieron ver como esos futbolistas se daban un baño de sevillismo montados en un autobús y viviendo un fin de fiesta en el Ramón Sánchez-Pizjuán. Todo eso se lo llevó la pandemia. Por eso, ayer, casi tres años después, Nervión lo vivió así, como si fuera la primera vez. No había más que ver las caras en la grada del Sánchez-Pizjuán, unas caras que durante casi toda la temporada han sido de tristeza, rabia e impotencia.

Los móviles sólo se vieron grabando en el salto al campo de los dos equipos coincidiendo con el espectacular momento del lanzamientos de los rollos de papel higiénico al campo, luego, al bolso o al bolsillo. Deja el móvil quiero durante 90 minutos, para otro momento, para otros estadios... No les grabes las caras, Juan, no se las grabes, mejor vívelo. Salta, grita, abrázate al sevillista de al lado, al de detrás, mira al cielo, cierra los puños o llora, celébralo como quieras, pero celébralo...

La pandemia os privo de un festejo por todo lo alto y estáis en vuestro derecho de recuperarlo. Pero al igual que la afición, los jugadores, porque algunos de ellos como Ocampos o En-Nesyri que llevan aquí desde 2020 no pudieron vivir el ambiente de ayer en el Sánchez-Pizjuán, no pudieron celebrar con su afición la Europa League de 2020 y ayer pudieron disfrutarlo. No hay nada como una temporada amarga hasta la fecha para poner en valor lo ganado y disfrutado durante tantos años, para ser consciente de lo difícil que era eso que el Sevilla había hecho parecer fácil.

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