"Una figura como la de Monchi no merecía ese feo por una miseria"

Sigue coleando la salida pactada de Monchi del Sevilla FC. Y eso que todavía no han dado los protagonistas explicaciones públicas, más allá del escueto comunicado en el que la entidad le agradecía sus dos décadas largas de servicio al frente de la dirección deportiva y el isleño respondía devolviendo la gratitud. Las dos partes han protagonizado un triste capítulo final que ha deparado la inmediata llegada del alto ejecutivo al Aston Villa, pagador de 2,5 de los 3,1 millones de multa, y la búsqueda (aún activa a la hora de publicación de esta información) de un sustituto, mucho más complicada de lo previsto por parte de José Castro y José María del Nido Carrasco, las dos cabezas visibles del consejo de administración blanquirrojo.

Explicaba el periodista Óscar Murillo en la tertulia radiofónica de este lunes de 'La Prórroga de Estadio Deportivo' que "no sólo el Sevilla, sino los clubes de fútbol en general, como empresas que son, están poco o nada preparados para gestionar una crisis mediática", una cuestión que "se estudia y se prepara", pero las entidades "se vuelven como cochinitas, haciéndose una bola" y dejando pasar los días sin hablar del asunto esperando que se olvide: "Al final, se transforma todo en un sainete, un esperpento, donde vemos a un director deportivo de ese prestigio no arrastrándose, pero sí teniendo que entrar o salir del estadio en silencio, con una media sonrisa o aguantando las lágrimas. Entiendo que no se pueden radiar ni televisar las negociaciones, pero debió haber mucha más naturalidad. Y más con un profesional tan importante. Ya se demostró los dos años que estuvo fuera, cuando el Sevilla no ganó nada. A su vuelta, cuatro clasificaciones consecutivas para la Champions y dos títulos de Europa League".

Y se preguntaba el comunicador sevillano, rinconero de adopción: "¿En serio que por tres millones de euros se le va a hacer ese feo? ¿Por que Del Nido Benavente amenace con utilizarlo judicialmente? Por muy mal que se lleven, Castro podría haber cogido el teléfono y decirle que Monchi se quería ir y no se iba a quedar por mucho que le dijeran. En el contrato vienen esas indemnizaciones. ¿Se las cobramos o lo dejamos por tratarse de él? No se trata de Emilio de Dios ni de Fernando Navarro, que llevan menos años en el club. No es de recibo que una figura como la de Monchi se la arrastre, que él participe en esa ley del silencio, que luego llegue un anuncio de desvinculación muy frío y que falte la despedida, en la que estoy seguro de que no va a haber vencedores ni vencidos, porque es normal que haya agradecimiento mutuo".

Por último, al menos respecto a este asunto, Murillo zanjaba: "Pero los profesionales deben sentirse cómodos en su trabajo, porque, si no, no rinden. Si se quiere ir al Aston Villa, que se vaya, dentro de un orden y de unas formas. Esto no es algo de ahora, de última hora. Lo sabían en el club desde hace tiempo, pero esperaban que lo reconsiderara. Creían que, después de ganar un título, iba a volver el Monchi de siempre. Él mismo ha contribuido con declaraciones dejando entrever que seguiría. O las que hizo en 2016 diciendo que nunca se iría pagando la cláusula. Lo ha hecho, aunque no ha sido culpa suya ni voluntad propia. Le han obligado a pagar 3,1 millones de euros, una cantidad que a mí me solucionaría la vida, pero que para el Sevilla, el Betis o cualquier club de elite es una miseria".