Aitor Torvisco6 min lecturaEl delantero de 24 años Ibrahima Koné llegó a mediados del pasado mes de agosto a la UD Almería con la motivación de justificar la fuerte apuesta del club andaluz, que pagó 7,5 millones de euros al Lorient FC y convirtió al internacional por Mali en el séptimo fichaje más caro de toda su historia. Las expectativas eran altas en un club especialista en sacar rendimiento deportivo y económico a sus arietes: Darwin Núñez, Umar Sadiq, El Bilal Touré... Sin embargo, hasta la fecha Koné sólo ha podido jugar ocho encuentros oficiales como rojiblanco y únicamente dos de ellos como titular. A mediados de octubre, cuando no llevaba ni dos meses en LaLiga EA Sports se lesionó gravemente su tobillo derecho y lleva cinco meses luchando por recuperarse de una fractura con luxación y afectación de ligamentos que le obligó a pasar por el quirófano y que le condenó a pasar algunos de los momentos más duros de su vida.
El delantero de Bamako ya lleva una semana entrenándose con el resto de sus compañeros, de momento con buenas sensaciones, y aprieta para ver si puede entrar en la convocatoria de Gaizka Garitano para el duelo liguero del lunes contra el Sevilla FC en el Power Horse Stadium. Si no puede ser, será ante la UD Las Palmas el día 17, pero la luz que atisba anuncia por fin el final de un oscuro túnel. No le ha faltado apoyo de sus compañeros ni del club y además la vida le ha dado una de las mayores alegrías que puede dar, pero Koné lo ha pasado muy mal. Tanto, que no puede evitar emocionarse y su voz se rompe al tratar de explicarlo en una entrevista para los medios oficiales del club almeriense.
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"Lo tengo grabado en la mente. El momento en el que caigo en el campo lo primero que veo es que tengo el pie totalmente girado y eché mis manos a la pierna para sujetármela. Ahí se te pasan muchas cosas por la cabeza. Recuerdo que sentía una sensación fuerte de quemazón en mi pie. También se me vino a la cabeza mi mujer, que estaba embarazada, y mi madre que estaba viendo el partido en la tele. Sentí mucho miedo en ese momento también por la sensación de hacérselo pasar mal a ellas", relata el delantero de la UD Almería.
"Todo el mundo me ha ayudado mucho y estoy muy contento con todo el staff", explicaba Koné ya con evidentes signos de emoción en el tono de su voz, que se acabaría rompiendo al intentar seguir. "El idioma ayuda y los compañeros que hablan francés son los que más me han ayudado, pero todos saben que se pasa muy mal. Psicológicamente, te vienes un poco abajo...", confiesa antes de detenerse al ver que su voz se quiebra por completo. "Me han ayudado todos, estoy motivado e intento olvidar la lesión", remarca.
"Luis Suárez se lesionó justo antes que yo cuando estaba en forma y aportando goles al equipo. Luego me lesioné yo y el equipo se quedó sin delanteros. Incluso me llegaba a sentir culpable de eso, más en un momento tan decisivo en el que el equipo necesitaba puntos y sin delantero era muy complicado. Tengo fe y la recuperación está yendo bien y todo eso mejorará", explica el delantero malí sobre la fatalidad que dejó a la UD Almería sin '9' hasta que llegó el 'Choco' Lozano en enero. Y es que, a las graves dolencias del colombiano y del africano se unieron varios problemas con Leo Baptistao, que ha encadenado unas molestias musculares con un esguince de tobillo y, entre medias, tuvo que estar cuatro partidos sin jugar por sanción.
No todo iba a ser sufrir. En los últimos días, además de volver a los entrenamientos, Ibrahima Koné ha sido padre de una niña (Alhamdoulila) nacida en Almería, lo que le vincula para siempre con esta ciudad. "Ha sido un momento increíble el poder ver el nacimiento de mi hija. Además, es un motivo extra para trabajar más y estar más motivado para regresar con el equipo. Estoy muy contento de haberla tenido aquí en Almería. La gente es muy amable conmigo y estoy contento con la ciudad y su gente", explicó, pasando página de lo mucho sufrido: "Las lesiones son fruto del azar. Yo creo en Dios y el fútbol tiene estas cosas, todo puede pasar, tanto lo bueno como lo malo. Por suerte ahora tengo a mi hija, mi familia y mi mujer y tengo que seguir trabajando y luchando por todos ellos. También por el propio club y la afición. En mi día a día intento olvidar la lesión, dejarla de lado y centrarme en el trabajo".