Gabi Fernández, destrozado

El Real Zaragoza logró este domingo un triunfo vital frente al Mirandés en La Romareda, el primero desde la llegada de Gabi Fernández al banquillo. El conjunto aragonés se impuso por la mínima (1-0) gracias a un tanto de Jair Amador en la segunda mitad, y abandonó así los puestos de descenso. Con esta victoria, los zaragocistas dan un paso firme en su objetivo de mantenerse en la Liga Hypermotion, dejando atrás una dinámica negativa que amenazaba con hundir aún más su temporada.

Tras el encuentro, el técnico madrileño no ocultó su satisfacción por el resultado: “Estoy feliz por los jugadores, por el cuerpo técnico y por toda la gente que nos apoya. Pero todavía no hemos hecho nada. Quedan ocho auténticas finales por delante”, expresó un emocionado Gabi, visiblemente afectado por la tensión vivida durante los 90 minutos.

Gabi señala la victoria tan importante

Gabi consideró la victoria como un posible punto de inflexión en el tramo decisivo del campeonato. “Solo podemos ir a más. Esta victoria cambia el estado mental del grupo. Veníamos de una situación muy complicada y necesitábamos un partido así”, destacó. El entrenador alabó la actitud y compromiso colectivo de sus jugadores: “Han estado intensos, solidarios, equilibrados… El Mirandés es el equipo que más balones pone al área, pero los contuvimos bien. Hemos creído, y eso nos ha llevado al premio”.

Uno de los aspectos que más valoró fue el rendimiento defensivo del equipo. “Los equipos que reciben pocos goles siempre tienen opciones de estar arriba, y eso es lo que necesitamos ahora: ser fuertes atrás”, explicó. En ese sentido, elogió también la concentración de sus jugadores en las acciones a balón parado, un aspecto que ha sido una asignatura pendiente durante toda la temporada y que esta vez resultó determinante con el gol de Jair.

Gabi aprecia el esfuerzo de la afición

El entrenador quiso dedicar una parte importante de sus declaraciones a agradecer el papel de la afición: “Sin La Romareda no podríamos salir adelante. Hoy han vuelto a demostrar que están con nosotros. El gol también es suyo, porque nos empujaron incluso cuando estábamos sufriendo”.

Gabi también compartió cómo vivió el partido en lo personal: “Estoy destrozado, no sé los kilos que he perdido hoy... pero feliz. No solo por mí, sino por los chicos, que necesitaban esta alegría”. En el vestuario, según contó, el equipo se desató en una celebración liberadora tras semanas de presión y frustración.

De cara al próximo encuentro frente al Eibar, que será otra cita clave, Gabi mantiene los pies en la tierra: “Vamos a disfrutar esto, pero el martes toca volver al trabajo. Tenemos que seguir con humildad, sabiendo que la salvación todavía está por ganar”.