La temporada, como quien dice, acaba de empezar, pero cuando ya se acerca el primer tercio del campeonato se va extrayendo una primera conclusión en el Sevilla:
Caparrós ha acertado con Machín y éste, en su toma de decisiones para crear un equipo fiable.
Tenía que clasificarse para la fase de grupos de la Europa League y lo logró. Aunque lo hiciera ante equipos de poca entidad (Újpest, Zalgiris y Sigma Olomouc), a todos hay que ganarles. Tiene encarrilado su pase a las rondas eliminatorias en la competición en la que es 'Pentacampeón', pese a la derrota a domicilio ante el Krasnodar; y
ocupa la tercera plaza en la Liga a sólo dos puntos del líder -Baça- y siendo el segundo equipo más realizador (22 tantos) después del conjunto catalán (28).
El Sevilla de Machín, como su entrenador, ha evolucionado y va mejorando. No le frenan los contratiempos. A los de larga duración, como las bajas de futbolistas importantes llamados a ser titulares (
Escudero, Mercado, Amadou o Gonalons); o a los que aparecen en el desarrollo de un partido, como las lesiones de
Kjaer y André Silva ante el Huesca o los dos goles anulados por el VAR por fuera de juego. Se sobrepone y gana.
Por sus métodos de trabajo, y por la puesta en escena de su fútbol, muchos
ven en Machín la constancia, la exigencia y el control de Unai Emery. Tiene un once base, un estilo bien definido, futbolistas plenamente implicados y con mucho talento, y va sumando efectivos que aportan fondo de armario.
Está por ver en qué deriva, pero Machín también está entrando en la inercia ganadora inherente al club en los últimos años.