España consiguió la medalla de plata después de caer contra Brasil por 2-1 en un encuentro que se fue a la prórroga. Un choque muy igualado y de desgaste que se decidió por detalles mínimos.
Fue una final digna de los Juegos Olímpicos, en la que destacó Mikel Oyarzabal, pues no sólo metió el gol del empate que llevó el partido al tiempo extra sino que ayudó en tareas defensivas, fajándose y colaborando con sus compañeros.
También fue importante la entrada de Carlos Soler y Bryan Gil que dotaron de diferentes alternativas a una España que estuvo bastante apática en fase ofensiva durante los primeros 45 minutos.