¿Quién es el atleta más joven en ganar un oro olímpico?
Hay que retroceder algo más de 30 años en el tiempo para encontrar a la medallista de oro más joven de todos los tiempos, en los Juegos Olímpicos de Invierno de Lillehammer

Los Juegos Olímpicos es la competición más especial en el mundo del deporte. Durante un mes, cada cuatro años, miles de deportistas se dan cita en una ciudad para buscar la ansiada medalla de oro, algo al alcance tan solo de muy pocos, los verdaderos elegidos en el mundo del deporte. ¿Pero quién es el atleta más joven en haber logrado una medalla de oro olímpico?
Si atendemos a la historia de los Juegos Olímpicos en general, no solo los de verano sino también de los de invierno, es la patinadora de velocidad surcoreana Kim Yun-Mi, que ganó el oro en el relevo femenino de 3.000 metros con tan solo 13 años y 86 día en los Juegos Olímpicos de Invierno de Lillehammer en 1994. Cuatro más tarde, en los Juegos de Nagano, volvería a ganar dos medallas de oro más.

Es improbable a día de hoy que el récord de patinaje de velocidad de Yun-Mi se rompa ya que desde los Juegos Olímpicos de 1994, la Unión Internacional de Patinaje ha aumentado gradualmente la edad mínima para competir hasta los 17 años según el Comité Olímpico Internacional.
Si miramos a los Juegos Olímpicos de verano, la atleta más joven en ganar el oro olímpico fue la estadounidense Marjorie Gestring, quien ganó el oro en salto de trampolín en los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936 a los 13 años y 267 días. El podio de récord de precocidad en ganar un oro en los Juegos Olímpicos lo cierra el alemán Klaus Zerta, quien logró ser campeón olímpico a sus 13 años y 283 días en la modalidad de timonel de remo en los Juegos Olímpicos de Roma de 1960.

Pero sin duda, la atleta joven campeona olímpica más conocida en el mundo es la gimnasta rumana Nadia Comaneci, que con apenas 14 años y 249 días, ganó la primera de sus tres medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Montreal de 1976 (ganaría dos más en los Juegos de Moscú 1980) logrando además establecer el récord de haber sido también la primera gimnasta en obtener la máxima puntuación de 10.

"Todo lo que está sucediendo hoy conmigo, y mi vida, es por ese momento que sucedió en Montreal. Nadie me había dicho que ese 10 perfecto nunca se había conseguido en la historia Olímpica, así que simplemente hizo todo lo que tenía planeado y para lo que había entrenado", admitía la rumana muchos años después de aquel hito.