Alonso estalla y lanza un aviso para el año que viene
El asturiano lamenta los puntos perdidos este año y reflexiona sobre su futuro en la Fórmula 1

Fernando Alonso atraviesa otra temporada marcada por los imprevistos. El asturiano explicó en Bakú lo ocurrido en Monza, donde un fallo en la suspensión provocado por una piedra arruinó su carrera. “Fue sólo mala suerte, una piedra. Es uno entre diez millones de casos”, resumió el ovetense, que calculó que este año ya ha perdido unos 22 puntos por causas externas.
Una cifra que le trae recuerdos de su etapa en Alpine, cuando llegó a contabilizar hasta 60 puntos perdidos en 2022 por averías inoportunas. “Ese año siempre fallaba el coche cuando iba quinto o sexto. Este año pasa lo mismo: cuando no tenemos ritmo, acabamos sin problemas, pero cuando peleamos por puntos, ocurre algo”, lamentó Alonso, resignado a una fortuna que parece darle la espalda.

Un piloto resignado a la mala suerte
El bicampeón mundial no oculta que la situación empieza a pesar. Con ironía, señaló que necesitaría “diez millones de carreras” para volver a sufrir un percance similar al de Monza, dejando claro que se trató de un caso extremo. Aun así, insiste en que lo único que pide no es buena suerte, sino “la suerte normal” que permita acabar las carreras en condiciones.
En paralelo, Alonso valoró la decisión de la FIA de retirar la sanción a Carlos Sainz en Zandvoort. El asturiano aplaudió el éxito de Williams en su recurso, aunque recordó que este tipo de situaciones rara vez se producen. “Quizá la FIA sea un poco más abierta ahora”, aventuró, dejando caer que espera beneficiarse de esa nueva postura en el futuro si le toca vivir algo parecido.
La mirada puesta en 2026
Más allá de la actualidad, Fernando Alonso también habló de lo que está por venir. El español ya ha probado en el simulador los monoplazas de 2026 y teme que el papel del piloto quede todavía más limitado. “Echo de menos los tiempos en los que podíamos jugar con parámetros del coche. Ahora todo es demasiado automático”, señaló.
El asturiano recordó con nostalgia los V10 y la gestión manual de la energía en los primeros años híbridos, donde se podía usar la potencia extra en momentos estratégicos de la carrera. Para él, la Fórmula 1 actual resta libertad a los pilotos y convierte el pilotaje en un proceso más automatizado.
Con esta reflexión, Alonso deja claro que mira al futuro con ambición, pero también con un punto crítico hacia la dirección que está tomando la categoría. Mientras tanto, su presente sigue marcado por la mala suerte, los puntos perdidos y la esperanza de que 2026 le devuelva el protagonismo que tanto anhela.