Alonso revela su secreto más desconocido
El asturiano confiesa cómo confundió a su rival en Corea 2010 para mantener vivo el Mundial

Fernando Alonso nunca ha tenido reparos en reconocer que en la Fórmula 1 no solo se compite en la pista, también fuera de ella. El piloto asturiano, que ha vivido más de dos décadas al máximo nivel, ha explicado uno de los juegos mentales que utilizó contra Mark Webber en la temporada 2010. Una maniobra de astucia que acabó con el australiano contra el muro en el Gran Premio de Corea y que le permitió seguir soñando con el título.
El bicampeón español contó esta anécdota durante una entrevista con Maaden, patrocinador de Aston Martin. Sus palabras no han tardado en dar de qué hablar, ya que ponen de manifiesto cómo también la psicología y la guerra fría son armas dentro del paddock.
El día que Webber cayó en la trampa
Alonso recordó que durante aquellos años con Ferrari tuvo que exprimir cada recurso posible, ya que el monoplaza de Maranello estaba por detrás del Red Bull en términos de aerodinámica y potencia. “En 2010 luchamos por el campeonato hasta la última carrera con un paquete menos competitivo, y parte de esa lucha también venía desde fuera del coche”, explicó.

El momento clave llegó en Corea del Sur, cuando la lluvia y el aquaplaning obligaron a detener la carrera con bandera roja. Webber era líder y Alonso marchaba justo detrás. “Me acerqué a Mark y le dije: ‘La pista está muy mal, será un desastre si reiniciamos ahora’. Yo sabía que la carrera estaba a punto de reanudarse. Él pensó que estaba peor de lo que realmente estaba… y se estrelló después del reinicio”, confesó el español.
El propio Alonso reconoció que aquella treta formaba parte de su arsenal competitivo: “Estaba tratando de usar todo lo que tenía en mi poder para ganar o mantener vivo el campeonato un poco más”.
La importancia de la guerra psicológica
Más allá de esa jugada con Webber, Alonso subrayó que estas batallas no siempre se libran en los adelantamientos, sino en detalles invisibles al espectador. Desde las reuniones de pilotos, donde se busca señalar rivales, hasta las declaraciones en prensa con las que se ponen en duda piezas o maniobras de otros equipos.
“Todos tratamos de explotar las reglas al límite. A veces ves a un coche dominar tres carreras y de repente ese alerón que usaban queda prohibido. Ese tipo de cosas también forman parte de la competición”, añadió.
El asturiano, que hoy sigue peleando en la zona media con Aston Martin, sueña con volver a utilizar este tipo de armas en una lucha real por el Mundial. El gran objetivo está fijado en 2026, cuando el nuevo reglamento técnico promete resetear el tablero de la Fórmula 1.
Con sus palabras, Alonso vuelve a demostrar que la Fórmula 1 es tanto un deporte de reflejos y técnica como una partida de ajedrez psicológico en la que solo sobreviven los más astutos.