Lo de Aston Martin deja sin palabras

El canadiense Stroll apenas pronunció seis palabras tras una carrera para el olvido y dejó a todos los medios desconcertados

Lo de Aston Martin deja sin palabras
Lance Stroll volvió a firmar otro fin de semana decepcionante tras una consecución de infortunios - Cordon Press

Lo sucedido con Lance Stroll en Monza no pasó desapercibido. El canadiense, acostumbrado a no ser de los más expresivos del paddock, protagonizó una de las ruedas de prensa más frías y escuetas de los últimos tiempos en la Fórmula 1. Tras bajarse del coche y cumplir con el trámite de atender a los medios, apenas necesitó seis palabras para despachar a la prensa y dejar en evidencia su estado de ánimo.

Con Lawrence Barretto, de F1.com, la entrevista duró apenas diez segundos. Sus únicas respuestas fueron un escueto “” y un “estuvo bien”, que poco o nada reflejaban de lo que realmente había sucedido en pista. En el encuentro posterior con la prensa escrita, la situación no mejoró: cuando se le preguntó si la estrategia de una sola parada había fallado, respondió con otro “sí”. Y cuando se le pidió rescatar algo positivo del fin de semana, la contestación fue un frío “no mucho”.

Frustración tras una carrera negra

El incidente con Esteban Ocon, por el que el francés fue sancionado, tampoco consiguió arrancarle una opinión. “No tengo nada que decir al respecto”, zanjó antes de girarse y abandonar la zona mixta. Una actitud que sorprendió incluso a los periodistas más acostumbrados a su habitual tono reservado.

En realidad, el domingo de Stroll había sido un cúmulo de despropósitos. Además del toque con Ocon y de verse condenado al fondo de la parrilla, sufrió una de las paradas más largas del año: 16 segundos en boxes. Todo debido a un fallo en el sistema automático de luces que regula la salida de los mecánicos. Con el semáforo en rojo, Stroll se quedó clavado esperando mientras sus ingenieros le indicaban a gritos que podía salir. Un error que terminó de arruinar su carrera.

Krack da la cara por su piloto

Ante el mutismo de su piloto, fue Mike Krack, jefe de operaciones de Aston Martin, quien trató de dar explicaciones. “Cuando empiezas desde atrás y no tienes apenas degradación, confías en que el coche de seguridad aparezca para darte una oportunidad, pero no ocurrió. Es normal que haya frustración, porque estás luchando por nada aunque vayas al límite”, comentó.

Krack también asumió el fallo en boxes y confirmó que el equipo ya había descargado los datos para analizar el problema. Lo cierto es que Stroll se fue de Monza sin nada positivo que llevarse en la maleta, salvo la certeza de que la carrera será recordada más por su silencio ante los medios que por lo que hizo en pista.