Aston Martin, en alerta
La rotura del AMR25 de Alonso en Monza abre un periodo de dudas y análisis en la fábrica de Silverstone

Fernando Alonso volvió a sufrir un nuevo revés en un 2025 en el que todo parece torcerse. El asturiano estaba realizando una de esas carreras de pura inteligencia y oficio en Monza, peleando por sumar puntos con un Aston Martin AMR25 que era claramente más lento que sus rivales en recta. Sin embargo, cuando todo apuntaba a un nuevo resultado notable, la suspensión de su monoplaza cedió en plena acción, echando por tierra cualquier opción.
El episodio deja otra sensación agridulce para un equipo que vive en un permanente contraste: confían en el rumbo técnico que marca su nuevo Campus de Silverstone, pero la realidad competitiva sigue estando muy por debajo de las expectativas. Alonso, que reconoció haber dejado escapar “entre 25 y 30 puntos” esta temporada por errores propios y ajenos, volvió a chocar con una frustración que se repite demasiado a menudo.

Una rotura inexplicable
El caso de Monza ha sido especialmente doloroso. El español estaba logrando lo imposible: rodar durante casi 30 vueltas con un ritmo competitivo pese a la falta de velocidad punta —su Aston era 12 km/h más lento que el Sauber de Bortoleto—. Pero cuando parecía encaminado a los puntos, el AMR25 se rompió.
Mike Krack, ingeniero jefe, dejó clara la postura del equipo: “Tenemos que analizarlo. El coche va a la fábrica, pero no vimos nada extraño en los datos. Es fácil culpar al piloto, pero no hay nada inusual. Debemos hacer un análisis completo”, señaló. Lo cierto es que los problemas de Aston Martin empiezan a ser demasiados: fallos de refrigeración en China, problemas de motor en Mónaco o errores estratégicos que han costado puntos. Ahora se suma una rotura que nadie esperaba.
Alonso, brillante pero sin premio
Lo que duele en Aston es que Alonso está ofreciendo actuaciones de altísimo nivel pese a las limitaciones. Su manera de gestionar neumáticos, su capacidad para desesperar a rivales más rápidos y su fiabilidad en clasificación —con un 28-0 ante Stroll en Q3— contrastan con la fragilidad del coche. El propio Krack lo resumió: “No hay milagros en Fórmula 1. Sacamos el máximo de lo que tenemos, pero necesitamos fiabilidad y puntos”.
Alonso, por su parte, no pierde la fe en el proyecto. Sabe que 2026 será clave con el nuevo reglamento y con Honda como socio, aunque dejó claro que quiere algo más de fortuna: “Necesitamos suerte, además de velocidad”, confesó tras la carrera.
En Bakú llegará la siguiente oportunidad de comprobar si el AMR25 puede recuperar terreno en un trazado más favorable. Mientras tanto, en Silverstone se buscan respuestas urgentes para que lo de Monza no se repita.