Grosjean vuelve a un F1: “Me hicieron llorar”
El piloto francés regresa a un monoplaza de Haas cinco años después del trágico accidente de Bahréin

El nombre de Romain Grosjean quedó para siempre ligado a uno de los accidentes más impactantes de la Fórmula 1 moderna. Aquel 29 de noviembre de 2020, en la salida del Gran Premio de Baréin, el Haas del piloto francés se partió en dos al chocar contra un guardarraíl, envuelto en una enorme bola de fuego de la que Grosjean consiguió escapar milagrosamente. Las graves quemaduras en sus manos le impidieron continuar la temporada y ese episodio marcó su adiós inmediato a la categoría reina.
Cinco años después, el piloto nacido en Ginebra ha cerrado un círculo al volver a subirse a un F1. Lo hizo en Mugello, en un test TPC (Test of Previous Cars) con el Haas de la temporada 2023. Una jornada cargada de simbolismo en la que el equipo estadounidense quiso rendir tributo a quien defendió sus colores desde su llegada al Mundial en 2016.
Un regreso cargado de recuerdos
Grosjean completó varias vueltas en condiciones de lluvia, lo que no restó ni un ápice a la emoción. “Ha sido un día lluvioso, pero como decimos en las bodas: boda lluviosa, boda feliz. Así que fue un día lluvioso, pero un día feliz. Al principio me sentí un poco oxidado, pero luego todo volvió a la normalidad. Incluso pude hacer una salida desde parado, ¿y saben qué? Mi última salida desde parado fue en Baréin 2020. ¡Esta vez salió mucho mejor!”, relató entre risas el francés en declaraciones recogidas por la web oficial de la Fórmula 1.
La jornada también tuvo momentos especialmente íntimos. Grosjean utilizó el casco que tenía preparado para su despedida en Abu Dhabi 2020, un diseño creado por sus propios hijos y que nunca pudo lucir en pista. Volver a rodar con ese detalle le dio un valor añadido a un día que quedará grabado en su memoria.
Ovación final en Mugello
El actual piloto de IMSA, de 39 años, se mostró muy agradecido a Haas y a todas las personas presentes en el circuito. “Fue una oportunidad única poder ver a algunas de las personas que estuvieron en Australia 2016 (primer GP de Haas) y poder conducir la nueva generación del coche. Fue fantástico. Estoy muy, muy agradecido. No tengo más palabras”, aseguró con emoción.
El momento más intenso llegó al final del test. Grosjean confesó que rompió a llorar al recibir una ovación unánime en la recta principal, con miembros de Ferrari, Red Bull, Pirelli y, por supuesto, de Haas aplaudiéndole. “Era algo que esperaba en Abu Dabi 2020, pero creo que hoy fue aún mejor”, sentenció.
El francés cerró así un capítulo pendiente en su trayectoria, demostrando que, pese a la dureza de aquel accidente, la pasión por la Fórmula 1 sigue intacta en su interior.