La revolución de la Fórmula 1 en 2026

La Fórmula 1 prepara su gran cambio: más potencia, gestión controlada y nuevas zonas de impulso

La revolución de la Fórmula 1 en 2026
El DRS desaparecerá el año que viene - Cordon Press

La Fórmula 1 encara su cambio más ambicioso en décadas. La normativa de 2026 promete transformar por completo el pilotaje y las estrategias de carrera, con un despliegue híbrido que sumará 545 caballos de combustión y 475 eléctricos, superando así los 1.000 caballos de potencia total. El resultado: coches más rápidos, pero bajo un control estricto para garantizar seguridad y competitividad.

Uno de los grandes cambios será la gestión de energía. En cada circuito habrá límites específicos para evitar riesgos y pérdidas excesivas de velocidad. Esto afectará especialmente a pistas urbanas como Mónaco y Singapur, donde se aplicará un modo denominado Rev1 para reducir la potencia disponible en tramos críticos como el túnel del Principado, donde la visibilidad es limitada.

Gestión controlada según el circuito

Otro elemento clave serán las diferencias en la recuperación de energía. Mientras que en la mitad de los circuitos se permitirá un máximo de 9 megajulios por vuelta en entrenamientos y clasificación, en carrera la cifra se reduce a 8,5. Algunos trazados específicos, como Yeda o Monza, contarán con reglas particulares para ajustar la carga de energía según las características del circuito.

La gran revolución se dará con la desaparición del DRS y la implementación de zonas de impulso. Estas nuevas áreas permitirán a los pilotos recibir un extra de potencia cuando estén a menos de un segundo del coche delantero, recordando sistemas como el push-to-pass de la IndyCar o el modo de ataque de la Fórmula 1. Sin embargo, las zonas de impulso no coincidirán con las antiguas de DRS: en Spa, por ejemplo, se activará en la línea de meta, mientras que en Baréin lo hará en las curvas 13 y 14.

Este nuevo enfoque busca que los adelantamientos sean más estratégicos y dependientes del pilotaje y la táctica de carrera, en lugar de la activación de un dispositivo automático. Además, la potencia del motor de combustión será regulada, con reducciones graduales de hasta 100 kilovatios por segundo en algunos circuitos, garantizando un equilibrio entre espectáculo y seguridad.

Con poco más de seis meses para el inicio de la temporada 2026 en Australia, los equipos ya estudian cómo adaptar sus coches a estos cambios. La Fórmula 1 se adentra en una era de mayor complejidad tecnológica, donde la estrategia, el manejo de la energía y las zonas de impulso serán protagonistas, y donde los pilotos deberán demostrar más que nunca su habilidad al volante.