Verstappen cuenta el secreto para pasar del mundo virtual a la Fórmula 1
El piloto de Red Bull es todo un experto de los simuladores, donde compite casi con las mismas ganas que en el mundo real

El carácter de Max Verstappen le impide disfrutar de los simuladores si no gana. Porque el tetracampeón del mundo compite en todo lo que hace en su vida y fuera de los circuitos también lleva una estrategia muy meticulosa para ganar carreras virtuales con su equipo como las 24 Horas de Daytona o las 24 Horas de Nürburgring.
Lo hace con el equipo Redline, que depende de Verstappen.com Racing y con el que trata de que algunos pilotos virtuales puedan dar el salto al Gran Circo. O lo que es lo mismo, que dejen las pantallas y den el salto a las pistas.
Su primer caso ha sido Chris Lulham, que corrió con Thierry Vermeulen en el GT World Challenge Europe y ganó varias carreras, incluidas las 24 Horas de Spa en la Copa de Oro. Y en el podcast The Inside Track, el piloto neerlandés ha contado el funcionamiento de dicho equipo y su papel en él: "Tenemos buena gente gestionando las cosas del día a día. Mi papel es añadir algo de experiencia y dar consejos cuando tengo tiempo. Pero incluso sin mí están ganando, así que es muy tranquilizador. También están creciendo, haciéndose mayores y adquiriendo más experiencia. Así que los simracers saben mucho mejor qué hacer y la dirección les ayuda a ser todavía mejores. Eso es exactamente lo que me gusta ver, porque los pilotos empiezan siendo muy inexpertos y jóvenes, pero también crecen como personas. Eso es lo que quiero hacer con esta estructura de sim racing".
Pese a haber conseguido este salto con Lulham, Max recalca que no es el principal objetivo de este equipo virtual: "Porque en general eso ya es muy difícil. Pero mi objetivo es que tengan la oportunidad de convertirse en pilotos profesionales, ya que antes no tenían esas oportunidades, por muchas razones. Así podrán demostrar su talento en el coche y, posiblemente, ser contratados por un equipo oficial y ganarse la vida con ello. Sería muy bonito".
Eso sí, aclara que no todo es tener velocidad bajo los mandos: "No se trata sólo de ser rápido y luego decir: 'OK, está listo'. Hay mucho más para poder decir: 'OK, este chico o chica está listo para subirse a un coche de verdad'. Por eso este año fue la primera vez que lo hicimos con uno de nuestros pilotos de simulación, y pude ver qué tipo de capacidades tenía, no solo para conducir rápido, sino también para entender el coche en sí, su parte mecánica. Lo enfocaba casi desde una perspectiva de ingeniería, como si fuera su propio ingeniero".
Y en este mismo sentido, Verstappen señala el principal inconveniente para que un joven pueda ser piloto, por mucho que le guste: "La mayoría de los niños empiezan en los karts y sólo unos pocos lo consiguen. Algunos tienen el presupuesto, otros no. A algunos les coge un equipo directivo o junior, a otros no. Queremos crear otro camino a través del sim racing, donde puedas empezar de una forma más barata. Tal vez entonces seas fichado por nosotros en el equipo de sim racing y puedas crecer en el mundo real a través de las experiencias que adquieras. De esa forma puedes demostrar a los pilotos reales que no importa de dónde vengas o cuál sea tu formación: que puedes mantener el ritmo, e incluso mejorar".
