El más difícil todavía para Carlos Sainz

La etapa de 48 horas vuelve en esta edición del Dakar para convertirse en un calvario para todos los pilotos, en un día en el que tendrán que hacer noche en el desierto y sin comodidades, lo que será muy duro para todos, especialmente para Carlos Sainz por su edad

El más difícil todavía para Carlos Sainz
Carlos Sainz a los mandos del Ford Raptor - Cordon Press
Francisco SalasFrancisco Salas 3 min lectura

Apenas días, eso es lo que queda para el primer gran momento del motor en todo el año, el Rally Dakar. Desde el 3 hasta el 17 de enero va a tener lugar en Arabia Saudí la carrera por excelencia de cuantas se disputan en los desiertos de todo el mundo. Velocidad, resistencia, navegación aderezados por algunos de los prototipos más espectaculares del 'motorsport', pilotados por auténticos ases de las dunas. Y defendiendo título con 62 años, Carlos Sainz, pero en el afán por conquistar el quinto 'Touareg' de su carrera, la leyenda española va a tener que hacer frente a muchos retos.

Si de por sí estrenar coche es muy complicado, el madrileño lo va a tener que hacer después de pasar unos buenos momentos en Audi, pero llega a Ford con ganas de ganar y una estructura de lo más poderosa. No obstante, es muy típico tener problemas en el desembarco de un proyecto en el Rally. Esta la primera, y la segunda los rivales, ya que pilotando para Dacia van a estar otra leyenda dakariana como Nasser Al-Attiyah, históricamente el mayor rival del 'Matador', además de Sebastian Loeb, cada vez más asentado y con la esperanza de estrenarse más pronto que tarde.

Pero en esta edición hay un nuevo problema, y es que la organización ha preparado un día que será un infierno, la etapa de 48 horas, que este año está marcada por todos, y este 2025 no va a ser diferente, de hecho, es de las más duras que se han hecho. Estará partida en dos, y ya ya se estrenó en 2024, cuando fue un éxito rotundo, tanto que David Castera ha tenido a bien repetirla esta edición.

Sin baño, sin móvil, comiendo poco...

El momento elegido será la tercera jornada, tras el prólogo y la primera etapa. Una auténtica masacre con dos recorridos divididos en 48 horas, y que hará que a las 17:00 los pilotos tendrán que detenerse en uno de los seis campamentos, en los que eso sí, en los que no dispondrán de las asistencias ni las comodidades a las que están acostumbrados el resto de los días.

Para empezar, no habrá mecánicos, por lo que es preferible evitar la más mínima avería, y por si fuera poco, los pilotos tendrán que hacer noche en una tienda de campaña, que forma de un paquete que les va a dar la organización, junto a seis litros de agua, un saco de dormir, una esterilla y raciones militares de comida para la cena y el desayuno. Además, no tendrán baños, pero sí agua potable y personal médico. Y tampoco tendrán móviles para que no puedan revisar los resultados de sus rivales.