Márquez se rompe confesando la promesa a su abuelo: “Déjame probar”
El piloto de Cervera demuestra que la perseverancia y el recuerdo de su abuelo han sido clave para su regreso triunfal a la cima del motociclismo

Marc Márquez ha vuelto a escribir su nombre en la historia del motociclismo. Este domingo, el piloto de Cervera se proclamó campeón del mundo de MotoGP por séptima vez en la categoría reina, sumando ya nueve títulos en total. Un logro que llega tras 2184 días de sequía desde su última corona y que confirma su regreso triunfal al trono del deporte, consolidando su legado como uno de los grandes de todos los tiempos.
Un camino lleno de obstáculos
El regreso de Marc no ha sido fácil. Todo comenzó con la grave caída en Jerez 2020, que marcó un antes y un después en su carrera. Su húmero derecho no parecía darle tregua y durante años el piloto vivió entre operaciones, rehabilitación y dudas sobre si podría volver a competir al máximo nivel. Su recuperación no solo exigió esfuerzo físico, sino también una fortaleza mental inmensa para superar la incertidumbre y las críticas constantes que cuestionaban su futuro en MotoGP.
A lo largo de estos años, Márquez tuvo que lidiar con múltiples complicaciones médicas, ajustar su estilo de pilotaje y adaptarse a la evolución técnica de las motos. Cada test, cada entrenamiento y cada gran premio eran un recordatorio del riesgo y del desafío que suponía regresar a la élite. Pero su confianza y su capacidad para mantenerse enfocado en el objetivo marcaron la diferencia y le permitieron cerrar un círculo que parecía imposible: volver a ser el mejor del mundo.
La promesa al ‘padrí’ que impulsó su regreso
Entre sus motivaciones más profundas destaca la figura de su abuelo Ramon, su ‘padrí’. La relación entre ambos era especial y, pese a sus consejos de abandonar la competición para vivir con tranquilidad, Marc hizo una promesa que marcó su camino: “Le dije: ‘Abuelo, te prometo que en el húmero es la última operación, pero déjame probar porque hay una solución y me la están dando. Déjame probarla’”.
Esa determinación le permitió seguir adelante, superar sus miedos y dar un giro radical a su carrera. Con cada vuelta, cada entrenamiento y cada gran premio, Márquez fue reconstruyendo su confianza hasta llegar al momento culminante: su noveno título mundial. Hoy, su legado queda aún más fortalecido, demostrando que la perseverancia, la fe en uno mismo y el recuerdo de su abuelo fueron los motores que lo impulsaron a regresar a la cima y a escribir un capítulo épico en la historia de MotoGP.