Un ataque de Contador rompe la etapa y la Vuelta

Quintana casi sentencia la Vuelta en Formigal

Quintana casi sentencia la Vuelta en Formigal
Nairo Quintana casi sentencia la Vuelta. - C. T.
Una emboscada "de las que crean afición" de Alberto Contador en la etapa más corta de la Vuelta, disputada entre Sabiñánigo y Formigal, permitió a Nairo Quintana dar un paso de gigante para ganar la Vuelta a España, hundió a Chris Froome y dio la victoria de etapa al italiano Gianluca Brambilla.

Quintana fue segundo en la etapa tras el italiano Gianluca Brambilla, más rápido que el líder. No fue grave perder la etapa, ya que Froome perdió 2:40 y gran parte de sus opciones. "Ayer miré el libro de ruta para ver qué se podía hacer. Salí a tope, sin saber quien me seguía y ha salido un espectáculo muy bonito, de los que hacen afición. Estoy satisfecho. Hoy dormiré mejor que ayer", comentó Alberto, el héroe del día.

Movistar se apuntó al plan preparado por Contador y ya saborea el título, aunque falte una semana para Madrid. Nairo Quintana tiene a Froome a 3:37 minutos y a su compatriota colombiano Esteban Chaves a 3:57. La revolución llevó a Contador al cuarto puesto, a 4:02, con opciones de podio.

La etapa más corta resultó explosiva. Lo decidió Contador, herido, pero no muerto. Que se lo digan a Froome y a su Sky, y a Esteban Chaves, Simon Yates y su Orica, víctimas de la tormenta de ataques del pinteño que los condenó a una frustrante persecución. Contador atacó en el kilómetro 6 con el lema "camina o revienta". Arrancó, miró atrás 4 veces en un minuto, insistió e insistió hasta que se quedó delante con 13 hombres. Quintana estuvo atento y se unió al madrileño. Estuvo atento el Movistar, que además metió delante a Jonathan Castroviejo y a Rubén Fernández para llevar a su líder a las puertas del triunfo definitivo.

Una escapada hecha a medida. Por si fuera poco se metió en la avanzadilla Omar Fraile por los puntos de la montaña en Petralba (3a) y Cotefablo (2a), dispuesto a echar una mano en los ascensos. En las zonas más llanas ya se encargaba Castroviejo de mantener la diferencia, que llegó a ser de 3 minutos a 55 de meta. Solo, sin equipo, Froome se agazapó en el grupo, al abrigo de la voluntad del Orica y del Astana, supeditado a terceros equipos. Al final, redujo la desventaja hasta los dos minutos y medio, pero dijo casi adiós a la Vuelta.