CICLISMO PANDEMIA

El homenaje pendiente a Daniel Yuste, primer olímpico muerto por covid

El homenaje pendiente a Daniel Yuste, primer olímpico muerto por covid
El homenaje pendiente a Daniel Yuste, primer olímpico muerto por covid
Estadio DeportivoEstadio Deportivo 13 min lectura

Madrid, 17 mar (EFE).- Un día como hoy, un día cualquiera, Daniel Yuste se habría levantado pronto para ir a la compra, quizá habría llevado a su mujer a la peluquería y luego se habría pasado por el taller de bicicletas de su amigo Benito para charlar de ciclismo, de los conocidos comunes, de la vida.

Pero este policía municipal jubilado fue una de las 2.769 personas que el 26 de marzo de 2020 murieron víctimas de la primera ola de coronavirus, 723 de ellas en España, donde la enfermedad se extendía entonces sin freno.

Nueve días antes había empezado a sentir ?algo extraño por dentro?, que no entendía del todo y que no le dejaba fuerzas ni para afeitarse. Pronto supo que algo no iba bien.

Daniel Yuste (Leganés, Madrid, 17/11/44) fue el único representante del ciclismo español en pista en los Juegos de México 1968. La experiencia de aquellos Juegos marcó su vida y, sin él saberlo, también le hizo único en su muerte: el pasado 26 de marzo se convirtió en el primer deportista olímpico en el mundo fallecido por causa de la covid-19.

?Sin ninguna duda, los Juegos de México eran la competición de la que tenía el mejor recuerdo de toda su carrera deportiva. De hecho, él soñaba con volver a México y volver a ver el velódromo en el que compitió. Pensé en llevarle, pero a él, la verdad, no le gustaba viajar. Ahora me arrepiento de no haberlo hecho?, asegura a Efe uno de sus tres hijos, llamado también Daniel y que, como su progenitor, fue ciclista.

Como prueba del gran impacto que le causó a Yuste su participación olímpica, su hijo menciona que no solo conservaba fotos e insignias de aquella estancia en México, sino también la maleta con la que viajó a América, que ha seguido en su casa durante más de medio siglo como testimonio de la experiencia.

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"UN ANIMAL DANDO PEDALES"

Benito Firgaira, "mecánico, amigo y confidente de toda la vida" y dueño del taller de bicicletas Ciclos La Meta, define a Yuste como "un animal dando pedales" y "un ganador nato" de quien nadie esperaba que perdiera la batalla contra el coronavirus. Él le conocía bien y era casi de la familia: en su tienda se vieron por primera vez el ciclista y la que luego sería su mujer, Fani, que era amiga de una hermana de Firgaira.

Procedente de una familia de hortelanos, Yuste "era tan bueno con la bicicleta que dejó todo y gracias a la ayuda de su padre y de su hermano pudo dedicarse al ciclismo".

Comenzó a destacar en el panorama nacional cuando batió en 1965 el récord de España de los 5 km. En 1966 ganó la Vuelta a Segovia y en 1967 fue uno de los miembros de la selección que ganó la plata en contrarreloj por equipos en los Juegos Mediterráneos de Túnez.

Un año después, fue seleccionado para participar en los Juegos Olímpicos de México en la prueba de persecución individual, en la que terminó decimotercero en la ronda clasificación. La altura de la ciudad y las excelentes condiciones del velódromo Agustín Melgar permitieron a los nueve primeros batir por más de cinco segundos el anterior récord del mundo, que el suizo Xaver Kurmann dejó en 4:40.41. Los 4:50.36 que marcó Yuste le dejaron fuera de la lista de los ocho mejores que pasaron a cuartos de final.

En la siguiente temporada se proclamó campeón de España de persecución y de madison junto a José Gómez Lucas, que también había competido en México?68, pero en carretera.

Yuste se pasó al profesionalismo y corrió dos campañas con los equipos Pepsi e Ignis antes de poner fin a su carrera.

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EN LO PEOR DE LA PANDEMIA

La muerte de Yuste hace ya cerca de un año pasó casi inadvertida para las instituciones deportivas españolas, noqueadas, como el resto de la sociedad, por la dimensión que adquiría la pandemia. No fue así entre los vecinos de Leganés, localidad madrileña donde su pasado olímpico y sus más de 40 años en la Policía Municipal hicieron de Daniel Yuste un personaje muy popular, conocido por todos.

Para su familia, su fallecimiento fue una pérdida devastadora de la que aún intenta recuperarse. Su hermano Julio es, dicen, el más afectado. Aún le cuesta hablar de Daniel.

El 15 de marzo, al día siguiente de que se declarase en España el estado de alarma, Daniel comenzó a sentirse mal. Estuvo siete días en su casa, cada vez en peor estado de salud, aunque se resistía a ser llevado a un hospital.

"Fue una semana muy dura. Yo me acercaba para hablarle desde lejos y cuando se asomaba a la ventana y le veía la cara, ya sabía que estaba fatal. Decía que sentía algo extraño por dentro, que no podía ni afeitarse. Eso era algo incomprensible en él, que tenía mucho amor propio", relata su hijo.

Fueron a verle a su casa los servicios de Protección Civil y el mensaje fue contundente: "Hay que ingresarle".

El domingo 22 de marzo ingresó muy grave en el Hospital Severo Ochoa de Leganés, con un 63 % de saturación de oxígeno en sangre. Los niveles considerados normales oscilan entre el 95 y el 100 %.

"El médico que le atendió me llamó llorando y me dijo que no había nada que hacer", recuerda su hijo. "Aunque el miércoles tuvo una pequeña mejoría, murió el jueves a las 8 de la mañana. Nos dijeron los médicos que no se explicaban cómo podía haber aguantado esos cuatro días".

Su cuerpo estuvo a punto de ser trasladado al Palacio de Hielo, a la espera de turno para ser enterrado. Gracias a que Yuste era una persona conocida por los servicios funerarios de Leganés, la familia pudo esquivar la incertidumbre de ese traslado y acelerar los trámites.

"Le enterré yo solo, con un primo que pudo acompañarme por ser policía", señala su hijo.

Desde su jubilación, la vida de Daniel era poco más que "estar en casa y montar en bici, no a diario, pero muy a menudo".

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120 KM A LOS 70 AÑOS

Ciclos La Meta era uno de sus lugares de referencia. Las fotos de Yuste que atesoran en la tienda así lo atestiguan. Allí, Daniel, Julio, Benito y su hijo Arturo comienzan a hilvanar recuerdos y no paran,

"La tienda la abrió mi padre hace 80 años y Daniel iba al taller desde que empezó a correr como aficionado. Ya nunca dejó de venir", recuerda Benito Firgaira.

Aunque abandonó una temporada los pedales cuando entró en la Policía, "volvió luego a coger la bicicleta porque necesitaba matar el gusanillo".

"Aquí hay otros ciclistas que han sido profesionales: Antonio Blanco, Andrés Castán... También su hermano montaba. Quedaban en la tienda y salían a montar por Villaviciosa, Brunete, Sevilla la Nueva, Navalcarnero, La Cruz Verde. Ya con 65 o 70 años Daniel se hacía sus 120 km con su grupito y no permitía que nadie le mojase la oreja", apunta el amigo. "Se picaba hasta con su sombra".

El viernes antes de enfermar estuvo en el taller. "Venía todos los viernes a traer a su mujer a la peluquería, la dejaba y se pasaba por la tienda. Luego la recogía y se iban a al compra. Entre semana también aparecía por aquí una o dos veces".

Junto a Yuste convivían su mujer, una hija y un hijo. Las dos mujeres se contagiaron también de covid, pero no requirieron ingreso hospitalario y se recuperaron pronto.

?Ya antes de morir mi padre", cuenta su hijo Daniel, "mi madre tenía principio de Alzheimer. Después se le ha multiplicado por 1.000?, lamenta quien también fue campeón aficionado de Madrid.

En 1992, cuando Barcelona organizó los Juegos, Yuste fue el encargado de izar la bandera olímpica en Leganés al paso de la antorcha olímpica, como reconocimiento a su participación en México?68.

"Amigo de sus amigos, una buena persona con mucho carácter. Un genio, un pura sangre". Así habla de él Firgaira, seis años menor, que siguió de cerca su carrera y lamenta que no llegase más lejos.

"Lo dejó pronto porque se querían aprovechar de él. Discutía. En su época eran los equipos del norte los que dominaban, y a él, con las mismas cualidades que los mejores, le ponían a trabajar para otros y eso no le gustaba: él era un ganador nato", afirma.

El ciclismo de ahora "no le iba mucho". Decía que los corredores "no tenían cojones", aunque hacía una excepción con Alejandro Valverde "porque era un ganador nato como lo era él".

"Ahora, él hubiese sido un Valverde", asegura su amigo.

Daniel hijo menciona también a Chris Froome y Peter Sagan entre sus favoritos. "No dejaba de ver una vuelta o una clásica".

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50 OLÍMPICOS FALLECIDOS POR COVID, YUSTE EL PRIMERO

Según la web olympedia, especializada en estadísticas olímpicas, hasta este 17 de marzo son 50 los deportistas olímpicos fallecidos por causa de la covid-19 y Yuste fue el primero.

Otros que no resistieron el golpe del coronavirus fueron el estadounidense Arnie Robinson, oro en longitud en Montreal'76, el ruso Gennady Strakhov, subcampeón olímpico de lucha en Múnich'72, los waterpolistas brasileños Fernando Sandoval y Osvaldo Crochane, los atletas italianos Donato Sabia y Francesco Perrone o el futbolista español Goyo Benito, olímpico en México'68, como Yuste.

Cuando va a cumplirse un año de la muerte del ciclista, las sucesivas olas de la pandemia han dificultado los homenajes que el ciclista de Leganés habría merecido.

"Me llamó un concejal para preparar un homenaje que no se ha hecho aún, aunque entiendo que la situación con la pandemia no ha sido la ideal?, señala su hijo. "Creo que se hará. Se merecería un recuerdo".

El PP local ofreció una misa por los fallecidos de la localidad y en ella se nombró a Yuste. También le mencionó la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, en la festividad del 2 de mayo en la Puerta del Sol. Y los compañeros de la policía municipal guardaron un minuto de silencio cuando conocieron su muerte. Hasta ahí llegan los tributos.

También Benito Firgaira tiene en mente el homenaje pendiente al amigo de siempre. "Estamos esperando que la situación mejore para hacer algo, una marcha ciclista en su recuerdo. Pensamos en hacer una salida en bicicleta ahora, al año, todos los amigos de la Comunidad de Madrid. Pero no se puede. A ver para el año que viene".

"Pero lo que importa", asegura su hijo Daniel, "es que él se sentía bien, contento con su vida. Era muy querido en Leganés y eso le bastaba".

Natalia Arriaga

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