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Osasuna, cien años de historia de un club de fútbol del pueblo

Osasuna, cien años de historia de un club de fútbol del pueblo
Osasuna, cien años de historia de un club de fútbol del pueblo
Estadio DeportivoEstadio Deportivo 7 min lectura

Pamplona, 17 oct (EFE).- El Club Atlético Osasuna cumple este 2020 cien años de historia, una trayectoria azarosa en sus inicios, incluso dramática, con el fusilamiento de hasta seis directivos y exjugadores durante la guerra civil, pero que durante el último siglo se ha ido consolidando hasta situar a la entidad entre los clásicos del fútbol español.

Cien años después de que un grupo de aficionados acordaran la creación del club en el emblemático Café Kutz de Pamplona, Osasuna celebra este año su centenario en una inmejorable situación, jugando en Primera, terminando las obras de mejora del estadio El Sadar y con una deuda al menos controlada y en vías de liquidación.

Los orígenes de Osasuna se remontan a la antigua Sociedad Sportiva, un club en el que, gracias a una colecta popular, se pudo comprar un balón y algunas equipaciones para jugar partidos contra equipos militares de la época.

La fusión de los clubes Sportiva y New Club dio origen a una nueva entidad que pasó a denominarse Osasuna, una palabra que en euskera significa salud, fuerza o vigor. El 24 de octubre de 2020 se firmó el cambio de nombre de la Sportiva por el de Osasuna, según consta en un manuscrito del Archivo de Navarra.

Mikel Huarte, autor del libro "Rojos. Fútbol, política y represión en Osasuna", ha comentado a Efe que se puede decir que el club fue fundado por "nacionalistas, vasquistas y comunistas".

Como era habitual en la época, los estatutos se copiaron y adaptaron de los de otro equipo, en este caso del Racing de Santander.

El escudo de Osasuna, rojo y azul, con el león en el centro, es diseño de Umbelino Urmeneta, tío abuelo del diseñador navarro Mikel Urmeneta. La equipación de camiseta roja y pantalón azul se utilizó ya desde la fundación del club.

El recién fundado equipo se midió a una selección militar y el partido concluyó con empate a un gol. En aquella alineación de Osasuna figura Félix Azagra, que posteriormente pasaría a ser el socio número 1 del club.

Ese partido se disputó en un campo del barrio del Ensanche de Pamplona. Después Osasuna jugó en los terrenos del antiguo hipódromo y, posteriormente, en el estadio de San Juan y en el actual El Sadar.

Antonio Azagra, hijo del socio número 1 de Osasuna, Félix Azagra Noain (1901-1963), ha relatado a Efe que su padre residía en Rosario (Argentina), a donde su abuelo había emigrado en 1889 para "hacer las américas", y regresó a Pamplona a los 15 años. "Mi padre ya jugaba a fútbol algo en Argentina y se metió en ese grupo de gente que empezaba a jugar a fútbol en Pamplona".

Cuando se decidió hacer socios del club, Félix Azagra recibió el carné número 1. Su hijo recuerda con cariño aquellos años: "Mi padre tenía un almacén de alimentación y repartía con carros a otras tiendas. Se reunían todos en el almacén y con esos carros cargaban todo el material de fútbol para ir a jugar al campo, uno anterior al de San Juan".

En aquella época, "el fútbol era muy distinto. Si ves las botas de fútbol que empleaban, pesaban no sé cuántos kilos... Todo era muy distinto", ha afirmado.

En la temporada 1931-1932, Osasuna consiguió el ascenso a Segunda División y en la temporada 1934-35, se subió a Primera. "Yo era el pequeño de los hermanos y mi padre me llevaba con él al fútbol. Recuerdo el partido en Eibar, en el que ganando subimos a Primera División, hay muchas cosas que viví con él", ha asegurado Azagra.

Osasuna volvió a bajar a Segunda en la temporada 1935-1936, a pesar de haber protagonizado algunas gestas deportivas como la victoria frente al Barcelona por 4-2 en el antiguo campo de San Juan.

La represión franquista se cebó duramente con el club navarro, en el que varios de sus jugadores y directivos sufrieron el fusilamiento, el exilio o la cárcel.

Mikel Huarte ha rescatado la memoria de algunos de ellos, como el exjugador y entrenador de Osasuna en 1936, Emilio Urdiroz, quien fue encarcelado y más tarde trasladado junto a uno de sus hermanos a un campo de concentración del que lograron escapar.

El mejor jugador de Osasuna de los años 20, Txomin Meaurio, estuvo preso seis años en el Fuerte de San Cristóbal. Los cronistas afirman que fue el primero en golpear al balón con el empeine y no solo con la puntera.

Desde entonces, la historia de Osasuna está jalonada por algunos hitos deportivos como la final de la Copa del Rey que se perdió en 2005 contra el Betis en la prórroga en el desaparecido Vicente Calderón o las semifinales de la UEFA en 2007 que se perdieron frente al Sevilla.

Pero, al margen de los resultados deportivos, una de las señas de identidad del club navarro, desde su misma fundación, ha sido el espíritu de camaradería. En sus primeros años, destaca el autor Mikel Huarte, solía afirmarse de Osasuna que era un club "del pueblo?.

Antonio Azagra, testigo de excepción de la historia del club, así lo considera: "Esto de Osasuna siempre ha sido más un grupo de amigos que otra cosa, amigos de toda la vida que formaron un equipo. Y eso es algo que no se ha perdido".

Javier Rodrigo

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