TENIS FINALES ATP

Stan Smith, el primer maestro

Stan Smith, el primer maestro
Stan Smith, el primer maestro
Estadio DeportivoEstadio Deportivo 6 min lectura

Londres, 14 nov. (EFE).- Ahora parecería imposible que uno de los grandes genios de la raqueta, un Rafael Nadal o un Novak Djokovic, tuviera que apresurarse a terminar la final de un torneo para irse inmediatamente a alistarse en el ejército, pero esto es precisamente lo que le ocurrió a Stan Smith, el primer maestro de la historia.

Conocido ahora por los más jóvenes por ser un estilo de zapatillas deportivas, que ya se pusieron de moda hace decenas de años, Stan Smith se coronó hace 50 años en Tokio, en un torneo nuevo que nacía para reunir, por entonces, a los seis mejores jugadores del mundo.

La competición, que tendría a partir de entonces un carácter anual e iría viajando por diferentes ciudades (Barcelona incluida) hasta establecerse en Nueva York en 1977, nació al amparo del promotor Jack Kramer, un extenista y número uno del mundo que conquistó Wimbledon y el US Open en los años 40.

El sueño de Kramer era el de tener a los mejores reunidos en un mismo evento, en una época de innumerables cambios y peleas internas en el tenis, puesto que la Era Abierta solo acababa de comenzar.

Amparado por la cobertura televisiva de la BBC y el músculo económico de Pepsi Cola -cuyo nombre llevó la primera edición, Kramer firmó a los seis mejores tenistas del mundo, aunque Cliff Richey (líder del circuito) y John Newcombe (su recambio) fueron bajas.

Del 9 al 15 de diciembre de 1970, Stan Smith, Arthur Ashe, Zeljko Franulovic, Jan Kodes, Rod Laver y Ken Rosewall lucharon en individuales y dobles por una bolsa de premios de 50.000 dólares. El ganador se llevaba 15.000.

El formato era diferente al habitual y no había ni semifinales ni final. Se jugaba un 'round robin' y el que más partidos ganase se proclamaría campeón. Ni siquiera tenían estos seis tenistas el lujo de entrenar en las mismas condiciones en las que después jugarían.

Se ejercitaban, como relata Smith a la web de la ATP, en canchas de tierra batida en el club de tenis de Tokio, antes de jugar en el Metropolitan Gimnasium, una pista rápida preparada para el disfrute de cerca de 10.000 aficionados.

"El estadio no tenía ni calefacción, así que los espectadores japoneses estaban envueltos en mantas, abrigos y bufandas para estar calientes. Tuvo que ser como sentarse en una nevera. A día de hoy, sigo recordando la solitaria bombilla que había en mi vestuario, con un pequeño calefactor a gas y que nos servía para no congelarnos antes de salir a la pista", recuerda Smith.

Al estadounidense solo le hicieron falta los primeros cuatro partidos para alzarse campeón. Venció a Rosewall por 6-4 y 6-5 (se jugaba un desempate con 5-5), a Franulovic por 6-1, 5-6 y 6-1, a Kodes, por 6-3 y 6-5, y a Laver por 4-6, 6-3 y 6-4.

También perdió por Ashe en tres sets y quedó empatado a cuatro triunfos con Laver, pero fue el enfrentamiento particular el que decidió el título y como había caído a favor de Smith, este se alzó campeón.

Smith levantó el título en medio de su 24 cumpleaños -también se llevó el dobles junto a Ashe- y con todo el público japonés, por iniciativa de Kramer, cantándole el 'cumpleaños feliz' desde las gradas.

"Me regalaron una raqueta y un ramo de flores", rememora Smith en declaraciones a la ATP, a la vez que comenta que ese mismo día también recibió la noticia de que tenía que alistarse en el ejército.

"Sabía que me reclutarían tarde o temprano desde Roland Garros. En Tokio recibí la notificación de que al día siguiente tenía que estar en California, así que viajé el 15 a Los Angeles por la mañana para estar llegar a tiempo", explica Smith.

"El chico que me recibió me dio dos opciones. "O te metes ya en el bus y te vas a Fort Ord para prepararte para el entrenamiento básico o te puedes ir a casa o puedes recibir un permiso y ausentarte por ahora, pero no te pagarán".

Ni lo dudó. Smith se metió en su coche, pasó las navidades con su familia y volvió al ejército el 27 de diciembre, sin paga extra eso sí, pero con el cheque de los 15.000 dólares del torneo de maestros ya canjeado y con el orgullo y la satisfacción de ser el primer campeón de un torneo que por entonces solo era un proyecto y ahora es legendario.

Manuel Sánchez Gómez

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