Los árbitros y lo que no son los árbitros

Apuntaba servidor la semana pasada en una columna como esta que reseñar que las decisiones arbitrales se han cebado esta campaña con el Betis no es sinónimo de defender ni la planificación ni el buen hacer de directivos, jugadores y técnicos. Ambos factores, de hecho, están aliados, siendo aquél el último empujón hacia el pozo a un equipo que se metió solito en él.
Este domingo, lejos de resucitar, los verdiblancos evidenciaron que el descenso es una realidad, pospuesta únicamente por el capricho de la LFP con el aplazamiento del Valladolid-Real Madrid. Paulao, muy a su pesar, se convirtió en el villano de un Betis sin héroes que puso en bandeja al Rayo la salvación matemática. Más que hacer sangre con el central brasileño, muy mal tanto en los dos errores como en pedir el cambio, habría que reprender a un técnico que presume de bético y de motivador, pero que ‘traga’ con todo.
Este domingo, lejos de resucitar, los verdiblancos evidenciaron que el descenso es una realidad, pospuesta únicamente por el capricho de la LFP con el aplazamiento del Valladolid-Real Madrid. Paulao, muy a su pesar, se convirtió en el villano de un Betis sin héroes que puso en bandeja al Rayo la salvación matemática. Más que hacer sangre con el central brasileño, muy mal tanto en los dos errores como en pedir el cambio, habría que reprender a un técnico que presume de bético y de motivador, pero que ‘traga’ con todo.

