El medio maratón de Bath desafía al COVID-19

Mientras medio mundo se confina en sus hogares para parar el COVID-19, en Reino Unido parecen estar completamente ajenos a todo. Su Primer Ministro, Borris Johnson, ya informó de que llevaría una estrategia diferenciada a la del resto de países y no baraja la posibilidad de paralizar al país para frenar la pandemia.

Ya se veían hace unos días los hipódromos llenos durante las carreras de caballos y este fin de semana, no ha sido diferente. Mientras que la Premier sí que se ha parado, se han disputado diferentes competiciones deportivas como competiciones de bádminton o partidos de fútbol de categorías inferiores. Además, pese a que los Juegos Olímpicos siguen siendo toda una incógnita, los británicos han disputado el preolímpico de boxeo, con el contacto que este deporte implica.

Las imágenes más llamativas llegan desde la Bathalf, el medio maratón de la ciudad de Bath. La competición, que no contaba con la aprobación de las autoridades locales, se celebraba, para la sorpresa de todos, tras las suspensión del Maratón de Londres programado para el 26 de abril. De esta forma, 6.200 participantes, la mitad de los nombres inscritos en un principio, se daban cita para retar al virus este domingo 15 de marzo corriendo los 21 kilómetros de la prueba.

Entre los participantes apenas podían apreciarse mascarillas u otras medidas de seguridad que recomiendan las autoridades para prevenir el contagio. Desde la organización se insiste en que se han tomado las precauciones sanitarias que se necesitaban ya que su "prioridad es mantener seguros a los ciudadanos más vulnerables de cara a la pandemia".

Añaden que no se ha suspendido la carrera porque "aunque se hubiese suspendido el evento los miles de corredores inscritos habrían llegado a Bath y también corrido a través del circuito de la prueba. Nosotros sentíamos que teníamos que darle soporte a los corredores y ofrecerles nuestros recursos".

Las criticas no han tardado en llegar tanto por redes sociales y como por parte de los distintos medios de comunicación que califican como irresponsable la celebración de la prueba. Las autoridades locales insisten en que el acto tendría que haber sido suspendido.