Pasan los meses, pero el nombre de Imane Khelif sigue, como se dice vulgarmente, en el candelero. La campeona olímpica sigue siendo noticia por lo mismo que lo fue en los Juego Olímpicos de París 2024 y eso le ha hecho tener que defenderse ante acusaciones de la Federación Internacional, advertir al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y mantener que todo es un complot de la IBA (Asociación Internacional de Boxeo) para evitar las derrotas de sus boxeadoras 'protegidas'.
“Nadie me dijo nada en los Juegos de Tokio porque no triunfaba, pero cuando empecé a ganar combates a las favoritas ya comenzaron a surgir los problemas contra mí”, reitera Khelif en una entrevista con Marca. La africana ha mantenido siempre esa teoría y se mantiene que todo lo que vivió en los Juegos y en la Villa Deportiva estaba encaminado a evitar que le ganara a las protegidas por la Federación Internacional. “Cuando me convertí en una amenaza para mis rivales, el objetivo era sacarme de mi ritmo y control, por eso salimos de la Villa Olímpica, para centrarnos y olvidarnos del ruido mediático”, indica la campeona olímpica.
Imane Khelif advirtió hace unas semanas a Donald Trump que no le preocupaban sus 'amenazas' de no dejar competir en Los Ángeles a mujeres 'trans', porque ella es "una chica" desde siempre. Por eso está enfocada en "lograr un segundo oro olímpico en 2028", en Estados Unidos. “No me preocupé en exceso porque no era cierto lo que se decía. Sé quién soy, la opinión de la gente no me disgusta, porque no me conocen, ni yo a ellos. Muchos hablaron mal, pero también muchos estaban de acuerdo conmigo”, añade en esta entrevista realizada en el Berdonce Boxing Studio, gimnasio del exseleccionador nacional Manel Berdonce y donde ha estado entrenando junto a su técnico, el cubano Pedro Luis Díaz.
Ese objetivo parece claro, aunque aún quedan tres años. Y, en este tiempo, ya asume que tiene que realizar dos cambios radicales en su carrera. Uno, de hecho, viene marcador por los propios Juegos Olímpicos. “Con el cambio de las categorías de peso tengo que competir en 70 kilos. En París gané en 66 kilos, pero no creo que me cueste este aumento, mido 1,80 y estoy estudiando con el equipo cómo adaptarme mejor a la nueva división”, afirma la púgil argelina.
Después de esos Juegos llegará el otro cambio, su paso al profesionalismo. “Lo que quiero es hacer un trabajo perfecto, llegar -a Los Ángeles 2028- mejor que en París, dado que tengo ahora un mayor equilibrio mental y físico. Para el paso a profesional estaré esperando un buen contrato y la mejor oferta me convencerá”, señala la campeona africana, quien reconoce saber que es "el símbolo de muchas mujeres en el mundo”.