MUNDIAL 82

¿Qué fue de... Toni Schumacher?

¿Qué fue de... Toni Schumacher?
Toni Schumacher durante el partido que le costó la fama de "villano". - José Gómez
José GómezJosé Gómez4 min lectura
Si tuviéramos que quedarnos con una escena acerca del jugador, sería aquella en la semifinal de España 82, contra Francia, que convirtió al portero en uno de los jugadores más odiados de la historia de los campeonatos del mundo. Los hechos ocurrieron en Sevilla, el 8 de julio de 1982, en el minuto 57 de un partido en el que, al final, Alemania se impuso en la tanda de penaltis. Schumacher, considerado en ese momento como uno de los mejores porteros del mundo, paró dos de los remates franceses y hubiera sido el ídolo del encuentro de no ser por lo que había ocurrido cuando el partido estaba empatado 1-1.

El francés Patrick Battiston recibió un pase de Michel Platini en el borde del área, y Schumacher reaccionó con una salida kamikaze que dejó a Battiston inconsciente en el piso, con conmoción cerebral, una vértebra rota y dos dientes menos. El árbitro central no vio la falta, la pelota había salido desviada sin que Schumacher la tocase, por lo que sancionó saque de puerta.

Desde entonces, Schumacher ha tenido que tratar de explicar reiteradamente lo que ocurrió y también la única frase que dijo al final del encuentro, cuando se declaró dispuesto a pagarle los dientes al francés. La escena refleja parte de la personalidad que solía mostrar Schumacher durante su carrera, en la que tendía a ser despiadado consigo mismo, con sus compañeros y con sus rivales, siempre pensando en la victoria.

Tras su carrera, Schumacher ha sido entrenador de porteros -del Borussia Dortmund y del Bayer Leverkusen entre otros-, entrenador del Fortuna Colonia, comentarista de televisión y actualmente es vicepresidente del FC Colonia, el club donde hizo la mayor parte de su carrera como profesional.

Otro dato clave en la biografía de Schumacher es la publicación de su libro "Anpfiff", que significa "Pitido inicial" pero en español fue traducido como "Tarjeta roja". Ese libro, en el que entre otras muchas cosas hablaba de prácticas de dopaje en el fútbol y pedía controles, generó un escándalo que llevó a que Schumacher, tras 15 años, tuviera que dejar el Colonia y tuviera que poner fin a su carrera como internacional. Eso le impidió estar en Italia 90, donde Alemania se coronó campeón del mundo, después de haber estado en la portería en las finales perdidas de España 82 y México 86.

Con el tiempo, se ha vuelto sereno y ya no es el portero que parecía estar permanentemente poseído por fuerzas extrañas. Pero hay cosas que se mantienen idénticas, como la obsesión por dar siempre el 100 por 100. "Si das en algo al 90 por ciento estás estafando en un 10 por ciento a los creen en ti", ha dicho.

Aun así, también sigue odiando las derrotas. Tras la final de la Eurocopa 2008, que Alemania perdió ante España, alguien dijo en la televisión alemana que había que tomarlo con menos dramatismo que los jugadores alemanes. "No comparto esa actitud ante la vida", terció Schumacher y pareció verse otra vez en sus ojos ese fuego iracundo que se vio cuando salió a cortar la llegada de Patrick Battiston.