Duro como el acero y frío como el hielo
Los de Markevych son puro orden y agresividad, un equipo rocoso y calculador, al que le basta su escasa pólvora para ´matar´ al rival.

Ningún equipo llega hasta una final de manera injusta. Puede haberte acompañado más o menos la suerte y tu juego ha podido ser atractivo o no, pero no se trata de un sorteo, sino un premio merecido, trabajado. Al Dnipro nadie lo esperaba en Varsovia. De hecho, fue un gol mal anulado al Qarabag, en el último minuto del último partido de la fase de grupos, el que le metió en dieciseisavos. A partir de ahí, echó a Olympiacos, Ajax, Brujas y Napoli. Las cosas del fútbol.
Hay un por qué. El ex equipo de Juande Ramos es duro como el acero y frío como el hielo. El manchego tardó cuatro años en dotarlo de disciplina e inteligencia táctica y de brío en la salida en transición.
El Dnipro es de esos equipos que te amarga, que te ata de pies y manos mientras ves pasar el tiempo inexorablemente. Te desgasta con orden, faltas (es el más duro de la Europa League de largo, con 49 amarillas), choques, rechaces y segundas jugadas.
Tras su defensa de cuatro, de la que Douglas en su líder, tiene a Boyko, un buen portero internacional que amargó la noche el jueves a Higuaín y compañía; y, por delante, una línea de cinco engañosa, pues su presunto mediapunta es otro pivote defensivo, Rotan. Tras recuperar, siempre salen por Konoplyanka, talento puro. Desborda por fuera o por dentro y explota su gran disparo. Sin Zozulya, lesionado, se reparten la punta el clásico Kalinic y su último héroe, Seleznev. No tienen demasiada pólvora, pero la justa cuando encajan tan, tan poco.
Hay un por qué. El ex equipo de Juande Ramos es duro como el acero y frío como el hielo. El manchego tardó cuatro años en dotarlo de disciplina e inteligencia táctica y de brío en la salida en transición.
El Dnipro es de esos equipos que te amarga, que te ata de pies y manos mientras ves pasar el tiempo inexorablemente. Te desgasta con orden, faltas (es el más duro de la Europa League de largo, con 49 amarillas), choques, rechaces y segundas jugadas.
Tras su defensa de cuatro, de la que Douglas en su líder, tiene a Boyko, un buen portero internacional que amargó la noche el jueves a Higuaín y compañía; y, por delante, una línea de cinco engañosa, pues su presunto mediapunta es otro pivote defensivo, Rotan. Tras recuperar, siempre salen por Konoplyanka, talento puro. Desborda por fuera o por dentro y explota su gran disparo. Sin Zozulya, lesionado, se reparten la punta el clásico Kalinic y su último héroe, Seleznev. No tienen demasiada pólvora, pero la justa cuando encajan tan, tan poco.