Nervión apacigua su rencor hacia Juande

Nervión apacigua su rencor hacia Juande
El manchego, recibido al grito de "pesetero" bajo una lluvia de 'juandólares' en su única visita desde su 'espantá'. - F. Mateos
Fernando MateosFernando Mateos 4 min lectura
Su posición de privilegio en la historia sevillista nadie la puede discutir. Con Juande Ramos al frente, el conjunto nervionense, tras más de medio siglo sin saborear las mieles del triunfo, levantó cinco títulos en sólo quince meses. Motivos más que suficientes para que estuviese en los altares de Nervión.

Sin embargo, en fútbol hay casos en los que los sentimientos superan a las estadísticas. Y gran parte del sevillismo no olvida la polémica fuga del técnico manchego en octubre de 2007, cuando ya estaba en marcha una temporada que comenzó con el enorme mazazo que supuso la pérdida de Antonio Puerta.

Atraído por la millonaria oferta del Tottenhan Hotspur, que le puso sobre la mesa un contrato de cuatro años a razón de seis millones de euros por cada uno de ellos, el de Pedro Muñoz hizo las maletas rumbo a Londres entre el enfado manifiesto de aficionados y dirigentes, con José María del Nido a la cabeza. Poco menos que fue declarado persona 'non grata'. Y así quedó patente en su última y única visita hasta la fecha.

Fue el 26 de abril de 2009, al frente del Real Madrid. Pero, desde días antes, el sevillismo se movilizaba para dispensarle un recibimiento hostil. Un evidente rencor que en esta ocasión, a las puertas de su segundo regreso como técnico del Málaga este sábado, ni siquiera se palpa en las redes sociales, un termómetro ya habitual para medir este tipo de situaciones.

Entonces, hace ya más de siete años, Juande fue recibido entre silbidos y gritos de "pesetero" y "traidor". Un sonoro y mayoritario reproche que fue aderezado con una lluvia de los denominados 'juandólares'. Unos billetes con su rostro en los que podía leerse: "Tan pobre que sólo tienes dinero".

El encuentro acabó con triunfo madridista por 2-4, con 'hat-trick' de Raúl y un gol de Marcelo, que convirtieron en inservibles los tantos de Renato y Diego Capel para el equipo dirigido entonces por Jiménez, su sucesor en el cargo.

"Son las cosas del fútbol. Para mí, habría sido más dura la indiferencia y, en ese aspecto, estoy encantado de haber marcado huella", declaró entonces el manchego, que, quizás por su reservado carácter, tampoco ha hecho nada por cicatrizar esa herida desde entonces. De hecho, a la pregunta de si le habría gustado salir de otra manera del Sevilla en una entrevista con el diario Información en octubre de 2014, el técnico respondió con evasivas: "Es que no sé lo que me está preguntando. No entiendo lo que me dice".

Ahora, en cambio, no tendrá que vivir el mismo calvario que en 2009. O, al menos, eso parece. Han pasado ya nueve años desde su 'espantá', y el conjunto nervionense, mientras el de Pedro Muñoz ha ido pasando por Tottenham, Real Madrid, CSKA, Dnipro y ahora Málaga, se ha instalado en un privilegiado estatus deportivo que, a buen seguro, apaciguará el rencor de la grada hacia el que sigue siendo el técnico más laureado de la historia sevillista. El sábado, con todo, se comprobará con el nivel de decibelios de un estadio que, pese a todo, tampoco lo recibirá con los brazos abiertos.
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