Algunos dirán que no existen tantas diferencias entre el estilo de Berizzo y el que implantaron en la 13/14 Luis Enrique y Unzue, que ahora regresa Vigo como primer entrenador, pero lo cierto es que, como las meigas, 'haberlas, haylas'.
Tanto es así que al navarro le está costando recuperar las líneas maestras de ese ideario que, bien es cierto, bebe de un manantial cercano al del 'Toto', que matizaría luego a su gusto tanto el sistema (muchas veces un 1-4-2-3-1 o un 1-4-1-4-1 antes que el clásico 1-4-3-3 de la 'escuela Barça') como algunos aspectos. Ahora, el entrenador celeste está rotando a sus centrales de manera menos comprensible que los cambios que ha aplicado a la tripleta de centrocampistas hasta encontrar un mayor equilibrio con Lobotka, el intocable Wass y Pablo Hernández.
Ha desbancado el 'Tucu' a Jozabed por su mayor capacidad defensiva, su ida y vuelta y su poderío aéreo, importantes para las coberturas a sus compañeros, que acostumbran a desplegarse sin freno.
Además, Unzue suele plantar su defensa unos metros más adelante que su predecesor y a la vez sucesor, recuperando aquel factor que llevó al éxito a Guardiola: la presión rápida tras pérdida para generar transiciones de respuesta. Con el paso de las jornadas, el despertar goleador de Iago Aspas, el afianzamiento de una apuesta que se está revelando acertada como Pione Sisto y la voracidad de Maxi Gómez, que podría irse en el mercado invernal, han terminado de ajustar una maquinaria que invita al optimismo.