La clásica madeja copera aún más enrevesada

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El reto era muy difícil, pero la Federación y el fútbol español lo han conseguido: la ya clásica madeja por la final de la Copa del Rey está este año más enrevesada que nunca... y ya es decir. Como, a diferencia de la gran mayoría de los países europeos, en España no se designa la sede antes de que dé comienzo la temporada, ahora vienen líos y dolores de cabeza para elegir dónde se va a disputar el Sevilla-Barcelona.
Además, este polémico debate aparece con un hándicap añadido: la final se jugará en medio de la jornada 34 y, como es lógico, eso pone más complicado encontrar un escenario para la final de la Copa.
Para colmo de despropósitos, la única cosa que estaba ya cerrada, que se jugaría el sábado 21 de abril, también está ahora en el aire. El Barça propondrá cambiar el día de la final, ya que ese 21-A llegaría con sólo tres días de margen con una hipotética semifinal de la Champions League en la que podrían estar los culés y/o los nervionenses.
Con todas estas polémicas sobre la mesa, el lunes tendrá lugar en Madrid un reunión a tres entre representantes de los dos clubes finalistas y de la Federación Española de Fútbol (RFEF).
La RFEF propone Madrid
En este cónclave, la RFEF va a proponer a Sevilla y Barcelona que se juegue en Madrid, ya que es un lugar equidistante entre Andalucía y Catalunya y ofrece estadios con un gran aforo, que permitirían a los clubes meter a un elevado número de hinchas.
Dentro de las opciones con las que cuenta la capital de España no hay ninguna que mejore al Wanda Metropolitano (67.829 espectadores); pero en la RFEF ven complicado que se pueda jugar en el nuevo feudo colchonero, ya que eso implicaría tener que cambiar de fecha el Atlético-Betis. La entidad rojiblanca no tiene problemas en ceder su estadio, pero siempre que no le perjudique.
La otra posibilidad sería el estadio con más aforo de Madrid, un Santiago Bernabéu (81.044) que está libre, ya que los blancos jugarían esa semana en Nervión contra el Sevilla y el partido ya ha sido pospuesto al 9 de mayo. Eso sí, el Real Madrid siempre se ha opuesto a acoger una final en la que dispute el Barcelona, que es su eterno rival, y todo apunta a que en esta ocasión no va a ser una excepción; máxime, con la tensión política que emana del proceso soberanista catalán y la aplicación del artículo 155.
El Sevilla quiere ser anfitrión
El Sevilla no ve con malos ojos el Wanda, pero la posibilidad que pondrá el lunes sobre la mesa es que la final de Copa se celebre en el renovado Ramón Sánchez-Pizjuán (42.500) y, en su defecto, en el estadio de La Cartuja (que tiene casi 20.000 asientos más). Así lo reconoció el miércoles el propio José Castro; pero el presidente blanquirrojo se encontró con la oposición de Ernesto Valverde, que ya jugó con el Athletic en el Camp Nou y no quiere volver a jugar en el estadio de su rival. El otrora Estadio Olímpico tendría también un problema: el césped no suele estar practicable, ya que el uso y el mantenimiento de estas instalaciones son casi nulos.
El Barça ofrece el Camp Nou
El Barcelona, por su parte, sólo quiere el mayor aforo posible; de ahí que insista, como cada año, en el Bernabéu o, en su defecto en el Camp Nou (99.354). Si no quiere jugar en Sevilla, es improbable que sea en Barcelona.
Plan B: Calderón y Mestalla
Así las cosas, las partes miran ya planes alternativos. La opción del valenciano Mestalla (55.000 espectadores) siempre está ahí y, además, el Valencia juega esa semana en Vigo; pero no convence su posición geográfica. El 'tapado' sería el Vicente Calderón (54.907), un 'jubilado' que sigue en un excelente estado y que, obviamente, también tiene la agenda despejada.
Además, este polémico debate aparece con un hándicap añadido: la final se jugará en medio de la jornada 34 y, como es lógico, eso pone más complicado encontrar un escenario para la final de la Copa.
Para colmo de despropósitos, la única cosa que estaba ya cerrada, que se jugaría el sábado 21 de abril, también está ahora en el aire. El Barça propondrá cambiar el día de la final, ya que ese 21-A llegaría con sólo tres días de margen con una hipotética semifinal de la Champions League en la que podrían estar los culés y/o los nervionenses.
Con todas estas polémicas sobre la mesa, el lunes tendrá lugar en Madrid un reunión a tres entre representantes de los dos clubes finalistas y de la Federación Española de Fútbol (RFEF).
La RFEF propone Madrid
En este cónclave, la RFEF va a proponer a Sevilla y Barcelona que se juegue en Madrid, ya que es un lugar equidistante entre Andalucía y Catalunya y ofrece estadios con un gran aforo, que permitirían a los clubes meter a un elevado número de hinchas.
Dentro de las opciones con las que cuenta la capital de España no hay ninguna que mejore al Wanda Metropolitano (67.829 espectadores); pero en la RFEF ven complicado que se pueda jugar en el nuevo feudo colchonero, ya que eso implicaría tener que cambiar de fecha el Atlético-Betis. La entidad rojiblanca no tiene problemas en ceder su estadio, pero siempre que no le perjudique.
La otra posibilidad sería el estadio con más aforo de Madrid, un Santiago Bernabéu (81.044) que está libre, ya que los blancos jugarían esa semana en Nervión contra el Sevilla y el partido ya ha sido pospuesto al 9 de mayo. Eso sí, el Real Madrid siempre se ha opuesto a acoger una final en la que dispute el Barcelona, que es su eterno rival, y todo apunta a que en esta ocasión no va a ser una excepción; máxime, con la tensión política que emana del proceso soberanista catalán y la aplicación del artículo 155.
El Sevilla quiere ser anfitrión
El Sevilla no ve con malos ojos el Wanda, pero la posibilidad que pondrá el lunes sobre la mesa es que la final de Copa se celebre en el renovado Ramón Sánchez-Pizjuán (42.500) y, en su defecto, en el estadio de La Cartuja (que tiene casi 20.000 asientos más). Así lo reconoció el miércoles el propio José Castro; pero el presidente blanquirrojo se encontró con la oposición de Ernesto Valverde, que ya jugó con el Athletic en el Camp Nou y no quiere volver a jugar en el estadio de su rival. El otrora Estadio Olímpico tendría también un problema: el césped no suele estar practicable, ya que el uso y el mantenimiento de estas instalaciones son casi nulos.
El Barça ofrece el Camp Nou
El Barcelona, por su parte, sólo quiere el mayor aforo posible; de ahí que insista, como cada año, en el Bernabéu o, en su defecto en el Camp Nou (99.354). Si no quiere jugar en Sevilla, es improbable que sea en Barcelona.
Plan B: Calderón y Mestalla
Así las cosas, las partes miran ya planes alternativos. La opción del valenciano Mestalla (55.000 espectadores) siempre está ahí y, además, el Valencia juega esa semana en Vigo; pero no convence su posición geográfica. El 'tapado' sería el Vicente Calderón (54.907), un 'jubilado' que sigue en un excelente estado y que, obviamente, también tiene la agenda despejada.






