La mala pata de Corchia

La mala pata de Corchia
Corchia tampoco ha empezado con buen pie en el Benfica. - Carlos Pérez
Carlos PérezCarlos Pérez4 min lectura
El fútbol es tan caprichoso que ni siquiera una labor exhaustiva de scouting asegura a una secretaría técnica que un fichaje vaya a triunfar sí o sí. Hay peligros, como la adaptación o las lesiones, que se pueden minimizar, pero no controlar del todo. A veces es una mera casualidad la que propicia que un jugador brille o fracase estrepitosamente. 

Diego Alves, por ejemplo, empezó a jugar -y a triunfar- en LaLiga porque el Sevilla incluyó una cláusula del miedo en la cesión de David Cobeño, entonces el meta titular del Almería. Un discutidísimo Luis Fabiano pudo convertirse en uno de los mejores delanteros de la historia nervionense porque acertó a rematar un centro lejanísimo de Daniel Alves en la final de la Europa League... Hay miles de casos. También, opuestos. Por ejemplo, el de Denis Cheryshev, quien apenas pudo ponerse la camiseta blanquirroja por culpa de las lesiones y que fue uno de los jugadores más importantes del pasado Mundial.

Algo similar le está pasando a Sébastien Corchia. La afición del Sánchez-Pizjuán casi no sabe cómo juega. Monchi estuvo varios años tras sus pasos, pero no fue hasta la pasada temporada, cuando le quedaba sólo uno de contrato, cuando Óscar Arias pudo arrancárselo de las garras al Lille. Apuntaba a titular, pero al 'Toto' Berizzo, que prefería a su compatriota Mercado como lateral, no le entró por el ojo

Y eso que Corchia llegaba de ganar hacer una 16/17 más que notable en la Ligue 1: ganó 232 duelos, realizó 78 interceptaciones, marcó un gol, dio cuatro asistencias y fue, además, el jugador de todo el campeonato galo que más minutos disputó: 3.418. Los 38 partidos. Ni una lesión

Cuando se fue Berizzo, comenzó a ganarse la confianza de Montella y, después de jugar 180 minutos en tres días contra el Atlético (Copa) y el Espanyol (Liga), se supo que tenía unas molestias. Lo que iban a ser un par de semanas fuera terminaron siendo meses, hasta acabar la temporada pasando casi desapercibido. 

Más contratiempos
Empezara la pretemporada, decía sentirse "como un león en una jaula". Tenía ganas de comerse el mundo y de demostrar en Sevilla, por fin, lo que le había llevado a ser internacional absoluto con Francia y a estar, sin ir muy lejos, en la agenda de la Juventus. Pero la llegada de Machín con su 3-4-2-1 no le favorece. Casi sin verle jugar, el técnico soriano lo deja siempre con los teóricos descartes y los canteranos. Estando Jesús Navas aún fuera de juego, incluso prefiere como carrilero a un mediapunta como Joaquín Correa. Aleix Vidal le empuja definitivamente a salir y aparece el Benfica, "el mejor club de Portugal", según dice él mismo el día que firma. 

Se entrenó lunes y martes ilusionado, sabiendo que tenía opciones de hacerse con el puesto de titular. Pero no. De nuevo, cuando mejor se sentía, le frenó una lesión que le ha obligado a pasar por el quirófano. Si no hay complicaciones, en un mes tendrá que empezar de nuevo a correr sobre el césped para demostrar que aún no había triunfado fuera de Francia por esos incontrolables caprichos del fútbol.
Unete a nuestro canal de Whatsapp Únete a nuestro canal de Telegram