El fútbol no vive ajeno a las modas. Y si años atrás se vivía del ‘tiqui-taca’ que trajo al césped el FC Barcelona de Guardiola y la 'Roja', ahora son las defensas de tres y los carrileros largos los que progresivamente van copando los onces de cada vez más equipos de Primera y Segunda división.
Nada que ver con el Valencia de Marcelino García Toral, un técnico tan clásico en su dibujo como en su peinado, con la raya al lado. Afín al 4-4-2 que tradicionalmente ha dibujado al fútbol, una de sus bandas la ocupa un interior, estando más reservada la otra para un extremo. El asturiano se resiste a dejarse a llevar por las modas y las líneas de tres atrás, jugando con la habitual pareja de centrales en el eje de la defensa.
En los laterales, Gayà evidencia una mayor profundidad por la izquierda, mientras que el reconvertido Wass es de menos ida y vuelta. En la segunda línea, una pareja de pivotes en las que Parejo hace de arquitecto che y trabaja en la elaboración, mientras que Kondogbia y Coquelin se reparten la tarea más gris, la de la recuperación.
Guedes, quien arrastra unos problemas de pubis de los que parece recuperado, actúa más como interior partiendo desde la izquierda, mientras que Carlos Soler es un mediocentro adaptado a la banda. Es la delantera, sin lugar a dudas, la línea con mayor competencia; contando con cuatro 'nueves' de alto nivel (Rodrigo, Santi Mina, Gameiro y Batshuayi), han ganado la partida los dos primeros.