Carriço, la recompensa al que "nunca se rinde"

Carriço, la recompensa al que "nunca se rinde"
Carriço se echa las manos a la cabeza tras una decisión arbitral en el Sevilla-Celta. - Fernando Ruiz
Fernando RuizFernando Ruiz 5 min lectura
"La gente no ve el trabajo que uno hace por detrás. Y por mucho que se diga, no han sido dos años de lesiones. He estado meses y meses entrenando sin problemas pero si no confían en ti y no juegas, la gente se piensa que sigues lesionado cuando no es así. Ahora tengo confianza y continuidad. He jugado muchas veces lesionado, he castigado mi cuerpo y quizás de ahí han venido muchos problemas. La gente puede pensar lo que quiera que yo lo que tengo que hacer es hablar en el campo". Y así lo hizo.

Estas eran palabras de Daniel Carriço hace apenas un año, cuando con Pablo Machín en el banquillo del Sevilla, volvía a sentirse importante en la defensa del equipo de Nervión tras dos temporadas sin contar con la confianza de los entrenadores que pasaron por Nervión (Sampaoli, Berizzo, Montella y Caparrós) y varias lesiones musculares que le llevaron al ostracismo.

Pero la temporada pasada Carriço se levantó y dio un golpe en la mesa. Volvió a aparecer el central de los inicios en aquel equipo de Unai Emery, aquel Carriço prácticamente indiscutible durante los tres años que el vasco dirigió al conjunto nervionense y levantó tres Europa Leagues. Los números no engañan: la temporada pasada jugó un total de 3.303 minutos repartidos en 38 encuentros por los 627' que disputó el año de Sampaoli o los 459' que apareció la temporada que comenzó Berizzo, continuó Montella y finiquitó Caparrós.

Y este año no ha sido diferente, Carriço ha disputado los tres partidos de Liga completos, gozando así de la confianza de Julen Lopetegui. Una confianza que también le ha llegado desde Portugal, pues el seleccionador luso Fernando Santos volvía a citar al central sevillista para jugar los partidos contra Serbia y Lituania en este parón internacional.

Hace cuatro años Carriço debutaba y jugaba su primer y único partido con Portugal, también de la mano de Fernando Santos, disputando 31 minutos en un amistoso ante Italia. Entonces tenía 26 años y ahora con 31, cuando casi nadie apostaba por él para regresar al combinado nacional, el sevillista ha demostrado que está preparado para asumir más retos además del de capitanear al Sevilla. La Eurocopa 2020 se vislumbra en el horizonte y Carriço no quiere dejar pasar la oportunidad.

Si había un hombre que confiaba en él ese ha sido Monchi. El hombre que lo fichó en 2013 pagando 1,8 millones de euros al Reading inglés y que desde un primer momento y pese a la revolución que tenía preparada para este verano, el nombre de Carriço era uno de los intocables para su nuevo proyecto.

Además de confiar en su fútbol, el de San Fernando valoraba también su papel como líder del vestuario, como hombre de peso y veterano del conjunto de Nervión. No en vano es el único jugador de la actual plantilla que cumplirá su séptima temporada consecutiva en el Sevilla.

Ahora se abre una nueva interrogante. Está por ver también qué será de su futuro pues el central acaba contrato el 30 de junio de 2020. De no renovar, en este mes de enero ya sería libre incluso para negociar con cualquier club, aunque conociendo a Carriço, esperará al Sevilla hasta última hora. A sus 31 años, ha demostrado que aún tiene hambre de fútbol y que le queda mucho que pelear. Ahora, Carriço disfruta de su recompensa con Portugal, el premio a un luchador que "nunca se rinde", como reza el himno del Centeranio del Sevilla.
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