La alegría va por barrios

La alegría va por barrios
La alegría va por barrios - Carlos del Barco
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La eliminación en la Copa del Rey del Sevilla ante el Mirandés (3-1) ha sacado a relucir en una semana el atenuado cainismo entre los dos hemistiquios futbolísticos de la ciudad hispalense: el que se alegró de la caída bética ante el Rayo Vallecano y el que anoche tuvo que soportar la guasa de vuelta.

Los mismos whatsapp, mensajes y tuits de la noche en la que el Betis fue eliminado en la tanda de penaltis en Vallecas fueron rescatados anoche cuando se consumó el batacazo del Sevilla en Miranda de Ebro, como las cartas de la copla que iban y venían desde Londres a Madrid.

No es cainismo en sentido estricto -'actitud de odio o fuerte animadversión contra allegados o afines' (RAE)-, aunque bien se le podría acercar ese regustillo de una venganza venial entre allegados y afines, que hace una semana se las prometían felices y a los que las cañas se les tornaron lanzas en la noche burgalesa.

Sólo hizo falta cambiar los colores y las camisetas de los mensajes, que anoche corrían como la pólvora en dirección contraria a cómo lo hicieron justamente hace siete días.

Los tuits que hacían bromas con los béticos con la cancelación de la suscripción al canal televisivo que retransmite la Copa del Rey se repitieron anoche de forma mimética y, en tono global y casi conciliador, hay uno que anuncia que, en contrapartida, el operador televisivo 'va a dar la Semana Santa para compensar'.

Si hace una semana el argumento de la guasa eran las múltiples acepciones de la palabra 'rayo', desde anoche los juegos de palabra en la mitad bética de la ciudad son con 'Miranda', desde la mujer de Julio Iglesias al 'Mirandés-Sevilla y el Betis-Mirando' cómo los sevillistas recibían tres goles en Anduva o tres señores con el rótulo 'Miran-tres'.

Y como denominador común, un cuarteto de los Carnavales de Cádiz en el que un señor bastante enfadado recibe los buenos días por dos veces y que responde 'buenos días, tú', como llegaban los béticos al trabajo o a la barra de los bares hace siete días y hoy lo hacen los sevillistas: la alegría siempre va por barrios.

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