Julián Rubio: "La del Sevilla es la mejor afición de España... con diferencia"

Julián Rubio, técnico del Sevilla cuando el 1 de junio de 1997 se consumó su descenso en Oviedo y del que este lunes se cumplen veintitrés años, afirmó que aquel equipo bajó "de una manera muy digna, nunca bajó los brazos", y que "faltó muy poco" para la salvación pese a la "situación crítica" que le tocó manejar.

"Siempre la vi posible. Tuve que gestionar una plantilla mal hecha, con tres partes. Los canteranos, los veteranos y los fichajes de esa temporada: conjuntar eso era complicado y algunos futbolistas se quitaron de en medio, incluso antes de que yo llegara", rememoró para Efe Julián Rubio.

El manchego subrayó que se hizo "cargo del primer equipo en una situación era muy complicada", después de que "todo un campeón del mundo" como el argentino Carlos Salvador Bilardo "se marchase al ver cómo estaban las cosas". Aun así, destacó que, bajo su mando, "el equipo en casa apenas cedió puntos, pero fuera faltó la suerte que hay que tener en ciertos momentos".

"En el Santiago Bernabéu nos pusimos 0-2, ante el Valencia, en Mestalla, íbamos por delante hasta los último minutos y no merecimos perder... Sacamos a muchos canteranos que luego le reportaron al club muchísimos millones", añadió Rubio, que jugaba en el plantel que, dirigido por el argentino Roque Olsen, había logrado en 1975 el último ascenso sevillista hasta entonces.

El entrenador albaceteño aún lamenta que "el día antes del descenso se dio un resultado muy improbable", la victoria del Sporting en el Benito Villamarín, "que obligaba al Sevilla a ganar en Oviedo para no bajar ese mismo día" a Segunda División. "Esa necesidad se notó en el terreno de juego. El nerviosismo no te permite tener las ideas más claras", admitió Julián Rubio.

Por ello, se mostró convencido de que, "de no haber ganado el Sporting en el campo del Betis veinticuatro horas antes, el empate ante el Oviedo, e incluso perder, habría servido para seguir aspirando a la permanencia". El técnico y exfutbolista de Montealegre del Castillo opinó que, si no se llega a dar esa circunstancia que levantó la polémica por la posible 'ayuda' bética al Sporting, la salvación habría estado al alcance "porque los partidos de las dos últimas jornadas se ganaron con facilidad".

Rubio evoca como "reflejos de la tristeza" la escena del actual director deportivo sevillista, Ramón Rodríguez 'Monchi', portero suplente aquella tarde, "llorando en la puerta de los vestuarios del Carlos Tartiere", o la suya "aplaudiendo entre lágrimas desde el césped a los sevillistas que se desplazaron a Oviedo".

"Eso no se olvida en la vida", aseveró el que fuera jugador de Sevilla y Barcelona, que aún se siente "agradecido por el recibimiento de la afición ante el Espanyol" una semana después, "ya con el equipo en Segunda". Afirmó que, por gestos como ése, la sevillista "es la mejor afición de España con diferencia" y añadió: "exige mucho, pero siempre anima; aquel año siempre creyó y en Oviedo dio una lección de apoyo".

Julián Rubio consideró que "la experiencia de lo sufrido" en el último lustro del siglo XX puso "las bases para que gente como Roberto Alés y Joaquín Caparrós" reconstruyesen "un club que ha alcanzado metas que hace veintitrés años parecían imposibles", al resaltar que "ahora el Sevilla está en la primera línea en Europa y en el mundo".