Cómo frenó Lopetegui a Messi

Cómo frenó Lopetegui a Messi
El Sevilla neutralizó a Messi. - Á. Palomo
Álvaro PalomoÁlvaro Palomo 3 min lectura
Messi es una amenaza para cualquier equipo de por sí pero más aún para el Sevilla al tratarse de su víctima preferida, con 37 goles en 39 partidos. Lopetegui tenía que hallar la forma de pararle o, al menos, de minimizar el daño, y sin duda alcanzó su objetivo. El argentino apenas concretó ninguna acción de peligro, perdió los nervios con Diego Carlos, al que empujó en una acción en la que no vio ni amarilla, y se marchó con su cuenta a cero.

Y es que el plan de Lopetegui también incluía una de las mayores preocupaciones, los lanzamientos de falta. Para ello, no sólo utilizó a un futbolista para que cubriera una posible trayectoria rasa tirándose al suelo -lo ejecutó Munir-, sino que además dio orden de que otro retrasara su posición para ayudar a Vaclik entre los tres palos. Lo hizo Koundé, que, pese a no destacar por su altura, toma un impulso prodigioso, lo que sirvió para evitar que el lanzamiento de Messi en la primera parte se colara por la escuadra.

Al margen de esta estratagema puntual para los golpes francos, el técnico supo frenar al '10' con un entramado defensivo pleno de ayudas que le asfixió, porque no contaba con líneas de pase y nunca le concedía metros para correr. La solidaridad y la cohesión resultaron fundamental para neutralizarse.

El plan sólo hizo aguas al principio, porque el equipo tardó en acoplarse, en sentirse a gusto, y Merssi encontró algunos espacios, si bien la contundencia atrás de la zaga impidió que se acercarse a Vaclik, con varios balones cortados por Diego Carlos al borde del área. Antes de la media hora, la telaraña envolvió al argentino, con Jordán como primer gran escollo escoltado por Fernando, que esperaba por si pasaba y que, en ocasiones, daba un paso atrás para fortalecer el muro defensivo y dejar sin opciones de pase al argentino. Gracias a eso, el brasileño abortó varias jugadas y en una de ellas habilitó una contra sevillista cerca del final.

La clave no era que siempre tuviera un hombre encima cuando recibía, pues lo hacen casi todos los rivales, sino la red de ayudas y coberturas múltiples que impedían a Messi hallar huecos para avanzar si se zafaba del primer marcador. A este plan contribuyó obviamente la inteligencia de Fernando, el trabajo de Jordán, la fortaleza de Diego Carlos o la capacidad para anticiparse de Koundé, si bien nada de esto hubiera servido sin el funcionamiento coral de un equipo trabajadísimo y con el concepto de bloque muy interiorizado.
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