No ha sido el
arranque de temporada
soñado para
Lucas Ocampos. Ni mucho menos. El atacante arrastró durante gran parte de la pretemporada "una pequeña lesión" de la que el
Sevilla FC, en su nueva política de
transparencia justa en materia de altas y bajas para (en teoría) no dar ventajas a los rivales (o por expreso deseo de los afectados, se entiende), apenas informó. Tan sólo unas imágenes del argentino en redes sociales trabajando en una cinta
antigravedad daba detalles de su empeño en recortar los plazos. No debutó hasta el
14 de septiembre, en la primera jornada de la Fase de Grupos de la
Champions League y ya con cuatro entregas del campeonato regular (tres en el caso nervionense, por el aplazado contra el
Barça) disputadas.
Pero Ocampos no era Ocampos. Al menos, el Ocampos que
deslumbró en la 19/20, con unas cifras anotadoras difícilmente igualables (
17 dianas y cinco asistencias), pero tampoco el que
mantuvo alto el nivel en la 20/21 (8+4). No le entraba la pelota, por mucho que lo intentara, si bien lo peor es que la
frustración iba creciendo semana a semana. Llegaba
tarde a los cruces, fallaba en el último pase o a la hora de disparar... Por entrega nunca fue, que de eso va sobrado, pero el de Quilmes necesitaba ser
protagonista de nuevo, recuperar
sensaciones, sentirse
importante. Y a fe que lo está consiguiendo. Poco a poco, pero siempre mirando hacia arriba.
Nueve partidos lleva el extremo aportando lo que más
satisfacción le da,
esfuerzo aparte. Todo comenzó el 30 de octubre, con el tanto que
sentenciaba el triunfo ante
Osasuna (2-0), un gol muy suyo, de pícaro, aprovechando una falta de entendimiento entre defensa y portero para
ajusticiar. A renglón seguido, abrió el marcador en Champions contra el
Lille, aunque los franceses remontarían a la postre (1-2), asisiendo luego a Acuña para abrir la lata en el derbi, anotando en el 22 contra el
Alavés y brindando
otro pase decisivo en UCL frente al Wolfsburgo. Sólo faltó a su cita en el
Bernabéu (seguro que no se le quita de la cabeza lo fácil que se fue de él
Vinicius en el 2-1 definitivo), aunque volvió a decantar del lado blanquirrojo dos encuentros atascados: 0-1 en el debut copero ante el
Córdoba en la
prórroga (como la pasada edición contra el Leganés en el Wanda) y el 1-0 ante un
Villarreal que pudo igualar en la recta final.
Por esa razón, porque ya se parece al futbolista
determinante que fue desde que aterrizara en el
Sánchez-Pizjuán, los participantes en la
encuesta propuesta por ESTADIO Deportivo no han dudado en señalarle claramente como el mejor del Sevilla FC ante el conjunto castellonense. Un
74% lo vio así, superando ampliamente a su asistente este sábado,
Acuña (12%), y al infatigable
Fernando (10%). Aunque estuvieron muy bien ambos en el eje de la defensa, quedan ya muy lejos
Koundé (3%) y
Diego Carlos (1%) en los gustos de los encuestados.