Emery carga contra Lopetegui y la realidad le quita la razón

Las sensaciones que dejó el partido del Sevilla en Villarreal se contradicen con los números

Emery carga contra Lopetegui y la realidad le quita la razón
- Antonio J. Medina
Antonio José MedinaAntonio José Medina 4 min lectura
"Respeto mucho a Lopetegui, gran entrenador y gran persona. Es lógico que él piense eso -que Gil Manzano lo hizo bien en el partido del domingo- y que haya visto un gran arbitraje. Yo lo que quiero es jugar más en los partidos y en eso podemos mejorar todos. (...) Nosotros no especulamos, ayudamos a los árbitros. Tengo una indignación interna, ya que hemos salido perjudicados en todo. Los árbitros tienen un problema ya que van al límite viendo quién les puede engañar y con esas pérdidas de tiempo. En Europa hay más juego y menos trampa. Yo no permito que mis jugadores simulen y veo otros equipos que buscan que no se juegue. Yo no permito eso. Por ahora no he tenido esas necesidades", señalaba un enfadado Unai Emery tras encajar un empate de Jules Koundé en la última jugada del Villarreal-Sevilla FC.

Tanto él como la prensa castellonense decían sentirse perjudicados por las decisiones del árbitro extremeño en un partido en el que él vio claramente superior al Villarreal y Lopetegui, en cambio, aseguró que el choque sólo no había estado igualado en los primeros minutos, pero a partir de ahí el Sevilla había equilibrado la contienda.

Cierto es que las paradas de Bono y la claridad de las ocasiones amarillas, especialmente en la primera mitad, dieron esa sensación, pero los números se la dan a Lopetegui. Para todos los que vieron el partido, el Sevilla se vio sometido por su rival, que tuvo el balón y las ocasiones, pero la realidad es que la posesión fue casi calcada (53% a 47%) y que salvo esos veinte primeros minutos a los que aludía el técnico del Sevilla FC, ese control se equilibra o se decanta ligeramente a favor de su equipo. Tal vez ahí se refería cuando hablaba de equilibrio.

Pero eso fue una percepción del partido. La queja de Emery iba más allá. Viendo que no podía escudarse en el error arbitral a la hora de anular el gol en propia meta de Koundé, porque el fuera de juego y la intervención de Dia son evidentes; ni tampoco en el penalti que solicitó el Villarreal tras el choque entre Capoué y Acuña, pues el argentino tenía el pie en el suelo y es el francés el que busca el contacto; Emery señalaba a un supuesto juego sucio de su rival para parar el partido y para que su equipo ni pudiera jugar con fluidez.

Los números tampoco le dan la razón. El número de faltas cometidas por el Sevilla (15) es prácticamente el mismo que las del Villarreal (14). Y los castellonense vieron tres cartulinas amarillas, dos de ellas, la de Chukwueze y Lo Celso, por excederse al cortar el juego rival, el primero por frenar una contra sevillista y el segundo por realizar "una plancha de una forma temeraria". Sólo Capoué la vio por protestar, algo que muchos jugadores del Villarreal estuvieron haciendo durante todo el partido.

La frustración de perder dos puntos en el tramo final y de complicarse alcanzar la Europa League le han llevado a señalar a un rival que, pecisamente, se caracteriza por querer controlar el juego y la posesión. Y la realidad se le ha vuelto en su contra.
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