El responsable del dopaje de Sinner rompe su silencio
El exfisioterapeuta del tenista italiano, Giacomo Naldi, ha contado cómo sucedió todo y cómo le ha afectado a su vida personal

Ha roto su silencio. Ahora que Jannik Sinner ha dejado de ser el número uno del mundo y que él ha regresado al circuito ATP como parte del equipo de trabajo de Francesco Passaro, Giacomo Naldi, exfisioterapeuta del tenista italiano y uno de los responsables en el caso de su dopaje, ha decidido hablar y contar cómo sucedió todo, así como dicho asunto ha terminado afectándole a su vida personal y laboral.
Lo ha hecho en La Gazzetta dello Sport, donde ha reflexionado sobre lo que ocurrió en su día: "Nunca quise comentar lo ocurrido con el equipo de Sinner y seguiré sin hacerlo, aunque es un incidente que me ha afectado, tanto personal como profesionalmente".
Sobre su vuelta al mundo del tenis, Giacomo ha sido sincero: "Me alegró mucho volver al circuito y vivir la atmósfera de un Grand Slam. La acogida fue excelente por parte de todos: jugadores, entrenadores y preparadores físicos".
Tras varios meses alejado de las pistas y con todos los focos puestos sobre él, el fisioterapeuta subraya que ha sido duro el proceso: "Todo estaba en absoluta calma. Al final, el tiempo pasa, cada uno sigue su camino. Ya todos sabemos cómo fueron las cosas, y quien no lo sepa puede leer la sentencia. No me sentí observado, fue como retomar el hilo de la conversación donde lo dejé".
Asimismo, ha confesado cómo es su actual relación con Sinner: "Incluso durante el proceso, siempre mantuvimos una buena relación. Siempre me comporté correctamente, nunca busqué ninguna publicidad. Estas son las primeras declaraciones oficiales que he hecho desde que ocurrió todo. En ocasiones, me han puesto palabras en mi boca tomadas de otros contextos que han generado odio y controversia en redes sociales. A diferencia de otros, nunca dije nada sobre lo sucedido, y creo que mi honestidad fue evidente y apreciada".
En el pasado US Open se encontró con él en las pistas norteamericanas. Y todo fluyó con naturalidad: "Con Sinner hablé, fue cordial, compartimos cosas privadas. Más allá de todo, la conexión humana sigue ahí después de un caso que nos involucró, y fue solo una desafortunada serie de coincidencias, somos conscientes de ello. Vi a Cahill, quien siempre ha sido muy amable, y me encontré con Ferrara. Vengo del mundo del baloncesto y siempre he intentado inculcar el espíritu de equipo en el equipo de Sinner, y eso es una de las cosas que más se agradecen. Aunque la colaboración haya terminado, no hay resentimientos. Lo que pasó no se puede cambiar, pero tenemos que seguir adelante. La vida continúa".