Sinner promete venganza

Jannik Sinner, que llevaba 65 semanas como número uno del mundo, se encontró en Nueva York con un Carlos Alcaraz más sólido y adaptado que en la final de Wimbledon. Tras la derrota, el italiano no se esconde y admite que su rival ejecutó mejor cada aspecto del juego. “Ha mejorado. Las cosas que hice bien en Londres, él las hizo mejor hoy. Ese es el resultado. Sentí que él estaba haciendo todo un poco mejor, especialmente sirviendo, en ambos lados, con golpes muy limpios. Le doy mucho crédito”, reconoció Sinner.

Ahora, el desafío es claro: evolucionar su juego para volverse más impredecible y capaz de desafiar al español. “Quizá pierda algunos partidos más a partir de ahora, pero haré cambios para ser un jugador más impredecible”, aseguró. Entre los principales focos de mejora se encuentran la recuperación del saque, la incorporación de más variedad de golpes y la mejora de recursos como el revés cortado o las voleas, herramientas que podrían marcar la diferencia en próximos duelos de alto nivel.

Recuperar el saque y variar el juego

El servicio, uno de sus puntos fuertes, no estuvo al nivel esperado en Flushing Meadows. Solo logró un 48% de primeros servicios, ganando un 69% de puntos con ellos, frente al 61% y 83% de Alcaraz. Sinner reconoce que este será un eje central de trabajo de cara a futuras competiciones: “Mi servicio tampoco estuvo al nivel, y ya había sido una lucha durante el torneo”. Además, quiere incorporar más variedad en sus derechas y en los intercambios para romper la consistencia del español, así como mayor presencia en la red con voleas y dejadas. Su objetivo es que Alcaraz no pueda anticipar sus movimientos y se vea obligado a adaptarse constantemente a nuevas estrategias.

Preparación y aprendizaje tras la derrota

El italiano también analizará cómo enfrentarse a la presión y las tácticas de Alcaraz. Su equipo, liderado por Simone Vagnozzi y con la colaboración de Juan Carlos Ferrero, ya había anticipado la estrategia del español y trabajado para adaptarse a ella. Sin embargo, la experiencia de Nueva York ha marcado un punto de inflexión: Sinner ahora sabe que debe salir de su zona de confort y ser más creativo en la pista si quiere recuperar la cima del ranking mundial. El trabajo incluirá ejercicios específicos de improvisación, cambios de ritmo y entrenamiento mental para manejar la tensión de los partidos decisivos frente a rivales de primer nivel.

Con estos ajustes, Sinner apunta a volver más completo, impredecible y competitivo en los próximos torneos, con la mirada puesta en sus duelos directos con Alcaraz, que seguirán siendo los más atractivos y estudiados del tenis mundial.