Swiatek, castigada por su último escándalo
La polaca ha dicho basta tras las múltiples acusaciones recibidas tras el momento tan incómodo que le provocó a un recogepelotas en Indian Wells

Un duro castigo psicológico. Eso es lo que está recibiendo Iga Swiatek a través de las redes sociales después de su última intervención en Indian Wells 2025. Tras la polémica por su dopaje, se encuentra ya introducida en un nuevo escándalo. Fruto de su ira, durante el encuentro ante Mirra Andreeva, protagonizó un tenso momento con un recogepelotas tras golpear con rabia una pelota que casi le da a este. Y fruto de ello, las críticas y los ataques recibidos se cuentan por centenas ya.
Y es que a la polaca le está costando encontrar su mejor nivel y, además, está viendo que Aryna Sabalenka se le escapa en el ránking como número uno del mundo. Seguramente, no se esperaba caer en semifinales frente a una joven de 17 años que, a la postre, terminaría proclamándose campeona del torneo californiano.
Así, en plena frustración, el recogepelotas le entregó una bola y Swiatek la golpeó contra el suelo y pasando muy cerca del chico. Y tras el revuelo formado por dicha acción, no le ha quedado más remedio que emitir un comunicado en sus redes sociales sobre lo sucedido: "Veo que últimamente se habla mucho de cambios en mi comportamiento en la pista y en mis emociones. Aunque no me siento cómoda dando explicaciones, es hora de que comparta mi punto de vista para acabar con las especulaciones y las teorías infundadas. En primer lugar, sobre el incidente de mi último partido. Es cierto: expresé mi frustración de una forma de la que no me siento orgullosa. Mi intención nunca fue apuntar la pelota a nadie, sino simplemente liberar mi frustración haciéndola rebotar en el suelo. Inmediatamente me disculpé con el recogepelotas, establecimos contacto visual y nos saludamos con la cabeza cuando expresé mi pesar por haber sucedido cerca de él. He visto a muchos jugadores botar pelotas en señal de frustración y, francamente, no esperaba un juicio tan duro. Normalmente, controlo esos impulsos, así que medio en broma puedo decir que me falta experiencia en esto y que juzgué mal mi puntería en el calor del momento".
Pero como tenías ganas de desahogarse, también ha decidido expresar su opinión sobre el otro asunto que merodea todavía sobre su figura: "La segunda mitad del año pasado fue extremadamente difícil para mí, sobre todo debido al positivo en el control antidopaje y a cómo circunstancias totalmente ajenas a mi voluntad me arrebataron la oportunidad de luchar por los máximos objetivos deportivos al final de la temporada. Esto me obligó a reorganizar ciertas cosas en mi interior. En Australia, después de actuaciones más flojas en años anteriores, jugué sin expectativas, centrado únicamente en mi trabajo, aceptando que otro Open de Australia podía no salirme como yo quería a pesar de mis esfuerzos. Gracias a esta mentalidad, rendí muy bien y estuve a punto de llegar a la final".
Por último y entre otros aspectos, ha confirmado su cambio de personalidad en el circuito WTA: "Todo el tiempo me enfrento a nuevos elementos de este rompecabezas: las circunstancias cambian, mis experiencias evolucionan, yo evoluciono, los adversarios evolucionan y debo adaptarme constantemente. Nunca es fácil, y ahora me resulta especialmente difícil. En el deporte no juegan robots. He tenido tres temporadas increíbles, pero nada se consigue sin esfuerzo, y no hay garantía de que los resultados sean siempre fáciles o estén bajo control. Así es la vida y así es el deporte. A veces hasta yo lo olvido".