Vaclik y Sergi Gómez no son el problema

Alejandro SáezAlejandro Sáez
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Vaclik y Sergi Gómez no son el problema
La opinión de Alejandro Sáez. - Alejandro Sáez / @AlejandroSáezED
Tengo un amigo, muy sevillista por cierto, que dice que las redes sociales no son ejemplo de nada y que por mucho que cuatro 'locos' (con todos mis respetos, que no se me enfade nadie) opinen en Twitter sobre cualquier aspecto, no son reflejo del sevillismo. Que una cosa son las redes y otra la grada.

Como imaginarán, yo, que en cierta manera intento ganarme la vida con esto y que, con mayor o menor frecuencia, suelo ser bastante activo en redes sociales, siempre le he discutido su teoría. Que él sea enemigo de las nuevas tecnologías, no quiere decir que el resto de sevillistas o aficionados al fútbol también lo sean.

Espero que hoy, al menos, no lea esta columna de opinión, pues de ESTADIO Deportivo sí sé que es todo un habitual. Y es que en ocasiones, cada vez con mayor frecuencia, pienso que este buen amigo mío está en lo cierto y que esa teoría suya quizá no dista tanto de la realidad.

Como muestra, lo sufrido este pasado sábado en el Sánchez-Pizjuán, donde el Sevilla FC cayó derrotado ante el Eibar en un partido bastante gris en el que los armeros se impusieron llevando al equipo de Lopetegui hasta el límite. El técnico vasco, lanzado a por el empate (como mínimo), acabó con toda la artillería disponible sobre el campo. Y ni por esas... 

Como se podrán imaginar, el enfado del sevillismo (al menos el de las redes sociales) tras la derrota era morrocotudo. Y no era para menos, pues entiendo que ningún sevillista pueda estar contento tras ver en su casa perder al Sevilla FC ante un rival de menor entidad, como se presupone que es el Eibar. Especialmente justo después de haberle visto plantar cara, y de la buena, a todo un Chelsea en Stamford Bridge. 

Más preocupante, en cambio, me parece que muchos centraran su ira o indignación sobre dos nombres propios como Tomas Vaclik, que volvía a la portería tras perder la titularidad en el tramo final del curso pasado, o Sergi Gómez, quien con más o menos brillo siempre está listo cuando lo exige el guion. Dos profesionales que siempre han dado la cara y que en todo momento han priorizado al colectivo por encima de lo individual, a pesar de que en alguna u otra ocasión hayan podido salir en la foto. ¿Y quién no?

El problema, quizá, no sea la rotación en la portería que Lopetegui entendió oportuna hacer el sábado, o la necesidad de que el central catalán tuviera que partir como titular junto a Diego Carlos con motivo del positivo por coronavirus de Jules Koundé. La cuestión, a lo mejor, reside en el número de partidos que acumula el Sevilla FC, quien prácticamente ha empalmado el fin de una temporada con el inicio de otra. Un calendario no falto de exigencia competitiva, con rivales de la talla de Roma, United, Inter o Chelsea, entre otros, junto a una Liga española cada vez más exigente en la que cualquiera te pinta la cara. Y por si fuera poco, jugando cada tres días... ¿Nadie ha reparado en todo eso?

Roma no se conquistó en un día, ni Zamora se ganó en una hora. Posiblemente, éste tampoco sea el año en el que el Sevilla FC luche de verdad por LaLiga. Pero disfruten, que ya vendrán tiempos peores.
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