Opinión

'aBonado' a la fortuna, abonado al éxito

Alejandro SáezAlejandro Sáez
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'aBonado' a la fortuna, abonado al éxito
'aBonado' a la fortuna - Alejandro Sáez
Ayer, poco después de acabar el Valladolid-Sevilla con empate a uno gracias al gol de Bono en los estertores del partido y tras una jugada más propia de un episodio de Benny Hill -solo le faltó la musiquita-, discutía con un colega (bastante bético, por cierto) sobre la flor del Sevilla FC.

"Eso lo hacen quinientas veces quinientos equipos diferentes y sólo lo marca el Sevilla FC", venía a decir literalmente mi amigo en un discurso plagado de risas e ironías en el que, en parte, reconocía la fortaleza mental de una entidad que se ha acostumbrado a tocar plata y pelear los partidos hasta el final, aunque lo acababa resumiendo todo en la idea de la suerte, el azar o la fortuna. La eterna encrucijada entre el 'Dicen que nunca se rinde' al que tanto apelan en Nervión y la flor en el trasero del que revisten desde la otra acera de la ciudad a los éxitos sevillistas.

Un debate tan manido como arraigado en la capital hispalense que se hace peligroso de abordar con desconocidos, pero que da hasta para un rato entretenido cuando la confianza entre los hablantes es plena. Y es que con este amigo bético se puede hablar de fútbol, en general, y del Sevilla FC y el Betis, en particular. Es el típico con el que da gusto tomar una, dos o tres cervezas -nunca llegues a la cuarta con él, pues el siguiente paso será un reservado en cualquier terraza hispalense- con el codito apoyado en la barra mientras que el balompié es el hilo conductor de la jornada.

¿Tiene suerte el Sevilla FC? Según mi amigo, sí. Y mucha. Una sobresimplificación en la que, quizá, no le falta algo de razón. Que el portero suba en el último minuto y le caiga el balón para hacer gol tras una jugada de chiste debe esconder algo de buenaventura.

El problema, o la virtud, es cuando esa fortuna se repite a lo largo de los años en sus diferentes fórmulas. Desde el gol de Palop en Donetsk, hasta el tanto de Mbia al Valencia o alguna que otra remontada histórica, véase, por ejemplo, el Euroderbi.

¿Suerte? ¿Fortuna? ¿Azar?... Quizá sí. Seguro que algún papel tienen que jugar también en esa laboriosa ecuación forjada por una mentalidad ganadora, ese ADN sevillista. Una idea de sacrificio y esfuerzo inculcada desde la cantera y que se inocula en cuestión de días a los nuevos, se hayan criado en Eduardo Dato, Quilmes o Montreal.

Pero la suerte no existe sin el trabajo. Y de eso sabe mucho y bien Monchi, la piedra angular de este Sevilla FC abonado al éxito y, por tanto, a la fortuna.
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