Antonio José Medina3 min lecturaLuka Doncic dejaba claro la pasada madrugada que sus problemas están ya casi olvidados y, con una exhibición, llevó a Los Angeles Lakers al segundo puesto de la Conferencia Oeste de la NBA tras la victoria ante los Clippers.
El esloveno jugó su tope de minutos desde que aterrizó en los Angeles (37) para lograr un total de 29 puntos, con un 5 de 12 en triples, seis rebotes y nueve asistencias, además de dos robos. Desde que descansara ante los Blazers hace once días ha dado el salto que todos esperaban en la ciudad californiana.
Cinco partidos y cinco victorias, algunas de ellas claves como las logradas ante los Nuggets o los Timberwolves, además de las dos ante los Clippers; y la 'venganza' del esloveno ante sus ex Mavericks, que por primera vez los sufrieron en sus carnes. Y eso que ese fue su peor partido de estos cinco últimos.
En Dallas, mientras, siguen tratando de justificar lo injustificable. Y de culpar a Doncic de todo para explicar por qué tomaron la decisión de traspasarlo. Con el equipo texano ocupando la última plaza de 'play-in', las críticas no han hecho sino arreciar con los que aceptaron ese traspaso. Desde allí siguen filtrando que todo se justifica por la poca disciplina y ética de trabajo del exmadridista, pero eso no ha hecho sino motivar a Doncic.
"Despertaron una bestia en su interior", aseguraba ESPN hace unos días. En este tiempo, la imagen de Doncic tras el largo parón por su lesión y la actual ha cambiado notablemente, cada día está mejor y, sin encontrar su plenitud, el equipo angelino ya nota su aportación.
"La pelota se mueve y eso es lo primero que aprendí o vi la primera vez. Para mí, simplemente se trataba de intentar adaptarme a un baloncesto un poco diferente al que estoy acostumbrado. Pero desde de que regresé, simplemente, me dejaron ser yo mismo y tengo un largo camino por recorrer, pero poco a poco estoy empezando a sentirme yo mismo", señalaba un Doncic que ya empieza a "conectar" con sus compañeros.
Los Clippers, que se le dan especialmente bien, le pusieron una defensa especial, lo que al final fue peor para ellos. "Como siempre digo, es como jugar un poco al ajedrez. Tienes que leer la defensa y aprovechar lo que te da. (...) Eso es lo que me gusta. Para mí, es divertido. Así es como me pongo en marcha. Especialmente en la cancha de baloncesto", afirmaba la 'nueva bestia'.